El sospechoso fue detenido la mañana del viernes. Con el fuego, intentó borrar las huellas del crimen. «Se llevó hasta el pan que ella le había comprado para el desayuno», denunció la familia.
Los hijos de Roxana Gómez, la jubilada de 80 años asesinada en su casa de José C. Paz, aseguraron este viernes que el joven detenido como presunto autor del crimen subió una foto a Facebook con los billetes que le robó a la víctima y que escapó del lugar hasta «con el pan que la anciana le había comprado para que desayune».
Brandon Galeano se convirtió en el primer y único sospechoso por el aberrante asesinato, señalado por la familia de la mujer asesinada apenas se conoció la noticia. Se trata de un joven de 22 años que vivía a una cuadra del lugar del hecho, tenía un parentesco lejano con ella y en los últimos días había estado en su casa haciendo algunos trabajos de pintura para ganar algo de dinero.
En medio de la conmoción, los familiares de Roxana fueron los primeros en salir a hablar con los medios y apuntar sus sospechas en contra de Galeano. Según afirmaron, lo habían visto con un bidón de nafta y ese detalle los convenció de que el acusado «tenía todo premeditado».
«Fue esta persona que primero la mató a golpes y después la prendió fuego, boca abajo mi mamá, defendiéndose», sostuvo Dardo, uno de los hijos de la mujer. El hombre dijo que su madre terminó «con el 80 por ciento del cuerpo quemado» y que «todo fue por robarle una jubilación que había cobrado un día antes».
Además, el hombre denunció: «Después, en el Facebook se sacó fotos con todos los billetes que le robó a mi mamá. Es una locura todo esto, yo no lo puedo creer». Al parecer, el joven se había ganado la confianza de la víctima a tal punto que era habitual verlo en su casa sin que nadie pudiera sospechar siquiera el trágico desenlace que tendría la historia.
El dato cínico lo sumó otra hija de la jubilada, que vive a pocos metros de la vivienda en la que ella vivía sola. De acuerdo con su relato, alcanzó a cruzarse con Galeano cuando éste escapaba después de cometer el crimen. «Cuando salgo corriendo, el delincuente estaba en la esquina. Se llevó hasta el pan que mi mamá le había comprado para que desayunara», denunció. [TN]