La informalidad de esta actividad amplifica distintos riesgos: posibles estafas, posibilidad de que niños/as y/o adolescentes realicen apuestas y ausencia de mecanismos de limitación para personas que sufren ludopatía.
Desde el Observatorio de Adicciones y Consumos Problemáticos de la Defensoría del Pueblo bonaerense se realizó un relevamiento de distintos bingos virtuales que funcionan en la plataforma Facebook. El 80% de quienes realizan apuestas son mujeres y las edades oscilan entre 20 y 60 años.
La instrumentación requiere de un ínfimo costo y el nivel rentabilidad llega al 100%. Pese a que se trata de una actividad ilegal (la ley prevé penas de arresto y multas), los bingos virtuales se expandieron durante el aislamiento. Para muchos organizadores es un “rebusque” para sobrellevar la difícil situación económica. Pero la informalidad amplifica distintos riesgos: posibles estafas, posibilidad de que niños/as y/o adolescentes realicen apuestas y ausencia de mecanismos de limitación para personas que sufren ludopatía.
En Facebook se pueden encontrar distintos Bingos. Cada apostador elige en cual participar y compra sus números o líneas. El pago de los números y de los premios se realiza a través de Mercado Pago u otras billeteras virtuales. Se acuerda previamente una fecha y hora del sorteo, y el mismo es transmitido en vivo a través del servicio de streaming de Facebook Live.
El video luego es subido y “cargado” a la red social para que pueda ser visto por aquellos apostadores que no participaron de la transmisión en vivo. A diferencia de los Bingos Online más conocidos, que funcionan mediante un software específico, los Bingos Virtuales son una modalidad sui generis, “casera”, con sorteos transmitidos en vivo. Si bien muchos son gratuitos, la mayoría captan apuestas de dinero. Se realizan juegos de entre 20 a 300 números o líneas, y el valor de los números oscila entre los $5 a $350, y el de los premios entre $100 – $70.000.
El “secreto del éxito” de los Bingos Virtuales es que el organizador no invierte su propio dinero para garantizar un pozo que pague los premios. Los premios provienen del dinero de los propios apostadores al comprar sus números y los sorteos solo se producen cuando todos los números han sido vendidos. De manera que el costo económico para el organizador es cero. El organizador solo invierte su tiempo en organizar el sorteo, captar las apuestas y pagar los premios.
Si algunos números no se venden, el organizador puede optar por adquirirlos él por sí o por terceros, para que el sorteo se realice. Si los números sin vender son muchos, el sorteo se suspende y se reintegra el dinero. Todo depende de la ecuación costo-beneficio en cada caso. De lo anterior se concluye que la realización del sorteo termina siendo una facultad del organizador en función de su propio interés económico.
RIESGO DE ESTAFAS
Como la totalidad de las operaciones de compra de números y pago de premios se realiza mediante medios de pago electrónicos, este mecanismo genera las mismas dificultades y grietas de seguridad de cualquier otra compra efectuada a distancia por medios digitales. Solo que, por la naturaleza de la transacción, ésta queda fuera del régimen protectorio que ofrece el Código Civil y Comercial de la Nación y la Ley N° 24.240 de Defensa del Consumidor.
Dicho de un modo más claro, si un organizador o un apostador es estafado en su buena fe, carece de medios legales para reclamar su dinero. Además, dado que la plataforma desde la cual se realiza esta actividad (Facebook) es sumamente vulnerable a la creación de perfiles falsos, y debido a que se suele jugar con extraños a los que solo se los conoce por compartir la red social, el nivel de anonimato es muy alto, lo cual genera un medio idóneo para facilitar fraudes y estafas. A su vez, el jugador se expone a facilitar datos personales y bancarios a extraños, acción imprudente con consecuencias imprevisibles.
La modalidad de estafa más común es organizar un Bingo prometiendo suculentos premios de dinero lo que capta la atención de los jugadores incautos, captar las apuestas y luego simplemente desaparecer amparado por el anonimato que ofrece la plataforma digital.
“La mejor forma de trabajar desde el Estado el fenómeno de los Bingos Virtuales es informar y educar sobre los riesgos que implica esta actividad. Riesgo de ser estafados, riesgo de ser perseguidos penalmente, sobre lo disvalioso de participar en una actividad ilícita y sobre los peligros que implica para personas con problemas de juego patológico”, concluyó el Defensor del Pueblo Adjunto de la Provincia y responsable del Observatorio, Walter Martello. [Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires]