PUBLICACIÓN PEDIDA
Hace 43 años se instaló en nuestro país un plan político, económico, social y cultural de hambre y exclusión, impuesto por el gobierno de EE. UU. y sus aliados, que no son otros que la cúpula de la Iglesia, los grupos económicos y el poder judicial.
Cada 24 de marzo recordamos a cada uno de esos compañeros y compañeras perseguidas, secuestrados, torturados desaparecidos y asesinados, por luchar en concretar un país con inclusión, con justicia social, libre y soberano.
Nos organizamos y marchamos porque sabemos que la única manera de hacer una verdadera transformación en cuanto a esta terrible realidad que estamos padeciendo, es a través del conocimiento de nuestra historia. La memoria colectiva y el porqué de los diferentes hechos acontecidos nos llevan a tomar conciencia de cómo tenemos que pararnos para enfrentar el presente y lograr construir un futuro con más derechos, inclusión y justicia social.
Lamentablemente la defensa de los DDHH y la búsqueda de la Memoria, Verdad y Justicia, actualmente NO son asumidas como políticas de Estado, sino todo lo contrario, atacan y vulneran permanentemente el Estado de Derecho, estigmatizan la militancia y las libertades individuales. El gobierno actual quiere construir una Argentina pre-Yrigoyenista, pre-Derecho y pre-Kirchnerista. Quiere un proceso de resignación (tratar de convencer al pueblo que no merecen tal cosa) naturalizar la pobreza, imponer el miedo como disciplinador social y degradar y domesticar al sistema político. Sin olvidar que son los mismos actores de siempre, actores que en sus manos llevan el peso del genocidio y en sus bolsillos el enriquecimiento a costillas del hambre de todo el pueblo argentino.
La memoria y la lucha colectiva es lo único que nos va a hacer comprender que los Derechos son parte de nuestra historia y de nuestro patrimonio social. Seamos protagonista y artífices de una transformación tan necesaria en este tiempo, porque todos somos pueblo, y logremos construir una gran Unidad, amplia, participativa, popular, democrática, feminista, diversa y latinoamericanista.
EVANGELINA SOLANO