Hace tan solo unos días, se llevó a cabo la primera cosecha mecánica de algodón en Bragado, a cargo del productor Aníbal Molina, quien hizo hincapié en la importancia de este tipo de actividades económicas para la zona.
A priori podría no parecer una noticia especialmente novedosa, pero lo cierto es que se trata de un hito de la industria agrícola. Además de la mecanización, el algodón no es uno de los productos más comunes de esta zona bonaerense, aunque su impulsor advierta que puede tratarse de una alternativa muy rentable.
No es la primera vez que hablamos de Bragado como un lugar de innovación. En este caso el protagonista es Aníbal Molina, quien fue el encargado de llevar a cabo el trabajo de recolección mecánica, concretamente en la ruta 5, kilómetro 520. El productor, con nada menos que 72 años, ha informado a diversos medios de comunicación que nadie le asesoró para llevar a cabo esta tarea. A los 62 años escribió un libro sobre malezas e insectos, principalmente trigo, colza, maíz, soja y cebada; y poco después comenzó a investigar sobre el algodón y los insectos.
Después de un riguroso estudio de la planta y de sus periodos de cultivo, así como de aquellas alternativas que le permitían lograr un algodón ecológico, dice haber conseguido el algodón más barato del mundo. Lo cierto es que el algodón ha dejado de cosecharse en muchas partes del planeta por diversos motivos, especialmente por cuestiones climáticas, algo que el señor Molina afirma que no es un problema en nuestra región.
Según el productor, el algodón podría convertirse en una alternativa económica muy rentable y en la posibilidad necesaria para revivir el entorno agrícola con cultivos que merezcan el esfuerzo que conlleva trabajarlos.
Resulta importante detenernos a reflexionar sobre la mecanización y el impacto necesario que tienen ciertos tipos de avances tecnológicos y digitales en la actualidad. Regiones como la nuestra necesitan actualizar sus negocios y adaptarse a los tiempos que corren no solo con el objetivo de la supervivencia, que en muchos casos puede darse sin necesidad de hacer grandes cambios, sino con la intención de optimizar sus servicios y sus beneficios.
En muchos casos se cree que esta aplicación tecnológica y digital no está vinculada a todos los sectores, cuando la realidad indica lo contrario: hay muy pocos negocios que se mantengan al margen de una necesaria implementación de estos avances.
De la mecanización en la cosecha de algodón del señor Molina a prácticamente cualquier negocio de nuestra región que podría implementar ventas a través de internet o facilitar a los clientes sus compras a través de una página web en la que puedan ver el stock o las ofertas que están en vigor.
No hay más que echar un vistazo a grandes empresas en diferentes sectores para confirmar que se han valido de estos avances para cambiar por completo la forma en la que ponen a disposición de los clientes sus productos. En el caso de los casinos o las salas de slots, por ejemplo, hasta hace unos años teníamos que viajar a Buenos Aires para acudir a este tipo de establecimientos y disfrutar de estos juegos, ahora no solo tenemos una oferta prácticamente inabarcable a través de internet, sino que, a través de plataformas como VegasSlotsOnline, también podemos disfrutar de tragamonedas de todo tipo de temáticas, de los mejores casinos online e incluso recibir descuentos por el mero hecho de jugar, y todo esto sin movernos de casa.
Algo similar ha ocurrido con sectores que se fundamentaron durante años en formatos físicos, como en el caso de la música y el contenido audiovisual. ¿Quién nos iba a decir que el formato físico sería algo anecdótico hace tan solo una década?
Estos cambios vertiginosos, tanto en lo que respecta a implementaciones mecánicas como digitales, han provocado que prácticamente todos los negocios (quizás a excepción de algunos tipos de comercios locales y ciertas empresas del ámbito de la restauración) tengan que valerse de todos los avances disponibles que hay a nuestra disposición para optimizar sus servicios.
Además, esta necesidad no entiende de regiones ni fronteras. La práctica totalidad de lugares del mundo industrializado deben aprovechar la oportunidad que nos brindan estas herramientas.