Las personas adquieren la enfermedad a través de la ingestión de agua o alimentos contaminados con los huevos de un parásito que se encuentra en el intestino de los perros y se transmite a través de su materia fecal, o por el contacto cercano con perros parasitados.
Los perros han acompañado a los humanos desde hace miles de años, como parientes cercanos de los lobos que fueron acercándose a los asentamientos de nuestros antepasados.
Desde entonces, conviven con las personas desarrollando habilidades sociales que les permiten cooperar con nosotros como pocas especies, por ejemplo, formando vínculos afectivos con sus dueños y ayudando en las tareas agropecuarias en las zonas rurales.
Pero estos grandes amigos de las personas resultan un eslabón crítico en el ciclo de una enfermedad prevalente en todo el territorio argentino: la hidatidosis.
Esta enfermedad es una zoonosis (es decir, que se transmite de los animales a las personas) producida por un parásito que habita en los intestinos del perro y que –a través de la materia fecal– va diseminando sus huevos, los cuales contaminan el agua, el pasto, la tierra, las verduras y hasta quedan adheridos en el pelo del mismo perro, de esta manera, se contagian los herbívoros (ovejas, vacas, cabras, porcinos) y los humanos.
En la Argentina, la hidatidosis representa un problema de salud pública frecuente en personas que suelen adquirir la infección en la niñez –por ejemplo, dejándose lamer por perros, tomando agua contaminada con su materia fecal o comiendo verduras mal lavadas–. Los síntomas pueden aparecer luego de muchos años y el diagnóstico suele ser tardío, una vez que se producen quistes en distintos órganos de las personas, que en ocasiones pueden resultar fatales.
El Ministerio de Salud entregó ecógrafos a las provincias. De esta forma, se brinda asistencia a las escuelas para realizar las ecografías y hacer una detección temprana de los quistes.
¿Vísceras para los perros? De ninguna manera
Ya sea como animales de compañía o ayuda en el manejo de la producción ganadera, muchas veces los perros conviven íntimamente con las personas.
Es por eso que los productores deben saber que, si van a faenar a un animal en su predio, deben hacerlo tomando ciertos recaudos que eviten poner en riesgo la salud pública.
Si un productor faena a un animal que tiene quistes y ofrece esas vísceras a los perros como alimento, en el intestino de los caninos los parásitos maduran y los huevos son expulsados a través de la materia fecal. Así contaminan el ambiente y pueden ser ingeridos por los animales o las personas, que se enferman de hidatidosis. Por lo tanto, los productores nunca deben alimentar a los perros con vísceras crudas, así cortarán el ciclo de transmisión de la enfermedad.
La importancia de desparasitar
Como parte de las acciones para prevenir la hidatidosis, es importante que los perros sean desparasitados de forma sistemática: se recomienda cada cuatro a seis meses en zonas urbanas y cada 45 días en zonas rurales.
Las pastillas antiparasitarias se entregan de forma gratuita en los centros de salud barriales. Para obtener mayor información sobre estas pastillas, las personas pueden consultar en el Ministerio de Salud de la Nación.
Asimismo, es importante tener en cuenta que, aunque se le haya dado la pastilla al perro, si se le vuelven a dar vísceras crudas, el animal vuelve a contraer la enfermedad.
Prevenir está en nuestras manos
Como miembros de una comunidad, debemos ser conscientes de que desde distintos lugares podemos contribuir para prevenir la hidatidosis y cortar su ciclo de transmisión.
Principalmente, los productores ganaderos deben tener en cuenta que nunca deben alimentar a los perros con vísceras crudas; si faenan animales para consumo, deben hacerlo en lugares que impidan el acceso de los perros y eliminar las vísceras de forma segura. A su vez, deben desparasitar a sus perros de forma sistemática y cercar las huertas para que estos animales no tengan acceso.
Por otro lado, las personas deben saber que el lavado de manos antes de manipular los alimentos es básico para protegerse de la hidatidosis, por eso, siempre deben lavarse las suyas y las de sus niños con agua y jabón antes de comer; también deben lavar cuidadosamente las frutas y verduras que consumen; consumir solo agua potable o de red; no dejarse lamer por los perros y lavarse las manos luego de estar en contacto con ellos.
Para más información enviar un correo electrónico a: coorzoonosis@senasa.gob.ar o llamar al 4121-5431.