DECHIVILCOY dialogó con la referente de ATTTA Chivilcoy sobre el cumplimiento del cupo laboral trans, la intervención que hizo en el HCD y el reclamo por el reconocimiento de los derechos del colectivo.
Victoria Ocampo, una de las principales referentes del colectivo trans de Chivilcoy, entre uno de sus empleos, trabaja en Casa Pueblo como enfermera, lugar en el que nos recibe, y nos cuenta que “se trata de un espacio de atención comunitaria, en la que también atiende un médico generalista, trabajadoras sociales, con atención totalmente gratuita”.
En cuanto a esto, informó que para enfermería la consulta es espontánea, no es necesario sacar turnos, pero para lo que es la atención médica sí se debe pedir turno, enviando un WhatsApp al 2346-65-4260.
Seguidamente, sobre el tema en cuestión, que fue la intervención en la última sesión pública del HCD, explicó: “Como ATTTA Chivilcoy decidimos hacerlo, dado el odio que se está viendo hacia nuestro colectivo. Hemos escuchado decir a una legisladora de la Provincia de Santa Fe, Amalia Granata, que tenemos el beneficio de acceder a puestos de trabajo por ser trans. Algo que en realidad no es así, porque no tenemos ningún tipo de privilegio”.
“Por eso sentimos la necesidad de intervenir para dar cuenta de la violencia que está sufriendo nuestro colectivo, que no viene solo de Amalia Granata, sino que también se puede ver a nivel nacional, provincial y local. También en los medios de prensa pudimos ver comentarios de odio tras el 8M, amparados en el anonimato de las redes sociales”, sostuvo.
Sobre esto, dijo: “A mí no me afecta; ni tampoco le decimos a la gente lo que tiene que pensar, pero lo que pedimos es respeto. Yo soy Victoria Ocampo, nací con genitales masculinos, pero me autopercibo una mujer trans. Yo no pido que los otros me entiendan, pero si pido respeto hacia mi persona, ya que mi vivencia no le genera ningún inconveniente al otro, no le cambia la vida a nadie”.
“Por esta razón, quisimos dar cuenta de lo que estamos pensando, y consideramos que los concejales también tienen que estar al tanto de esta situación, que tanto afecta a nuestro colectivo, porque en lo que va de este año ya han muerto 22 mujeres trans, totalmente en el anonimato, que a nadie le importa, olvidándose que somos personas y que tenemos los mismos derechos que el resto de la ciudadanía”, remarcó.
En este sentido, Ocampo precisó: “El promedio de vida de una mujer trans es de entre 35 y 40 años; de hecho, las 22 mujeres que murieron este año lo hicieron antes de los 30. Esto es debido a la violencia social que vivimos”.
Exactamente sobre el cupo laboral trans, explicó que “tiene como objetivo crear fuentes de trabajo, porque no hay oportunidades”. “Yo soy una privilegiada, porque tengo cuatro trabajos registrados, y en todos ellos percibo un sueldo, pero esta no es la realidad de mis compañeras. El 90% de ellas se prostituye porque no tiene otras alternativas, sabiendo todo lo que esto acarrea y que afecta en su promedio de vida”, agregó.
“Por eso yo me considero una sobreviviente porque he superado ese promedio”, enfatizó al respecto.
A continuación, reflexionó: “Cuando hablamos de estos temas la gente dice que vivimos victimizándonos, esto no es así. Pero hay que tener en cuenta que en este colectivo somos víctimas de un sistema que históricamente nos excluyó, empezando por la familia: ‘Particularmente, mi familia me echo de mi casa a los 10 años’. “A la mayoría de mis compañeras las echan entre 12 y 13 años, esto deviene en que se queden sin casa y sin poder estudiar, y que para sobrevivir tengan que prostituirse, terminando muertas muy jóvenes”, indicó.
Más tarde, sobre el cupo laboral trans a nivel local, expresó: “Respecto al cupo, sobre el que he levantado la bandera de que no se cumplía, hoy debo decir que hay 12 compañeras trabajando. Nos pudimos sentar con el Ejecutivo municipal, plantearle nuestra situación y a partir de ahí trabajar en conjunto para mejorar la situación”.
“La realidad es que en la actualidad algunas trabajan en el Centro de Monitoreo 911, otras en el Hospital, en el Hogar de Ancianos, también en la Dirección de Niñez”, detalló.
En tanto que aseguró: “Hoy en día podemos decir que Chivilcoy es pionera en el cupo laboral trans, a pesar de toda la problemática que tuvimos que atravesar al principio. Esto no pasa en la mayoría de los municipios, ni siquiera en el gobierno de la Provincia de Buenos Aires”.
“Todavía no hemos logrado que ninguna compañera pueda ingresar trabajar a dependencias de Nación o Provincia; pronto, una ingresará al Patronato de Liberados, por fuera del Municipio”, señaló.
Y amplió: “Por ejemplo, el Banco provincia adhirió al cupo laboral trans, pero cuando nos reunimos con los directivos nos dicen que las compañeras tienen que tener secundario terminado, cumplir con el perfil del Banco, y claramente esta persona que tiene que estar prostituyéndose en la ruta, no puede en principio cumplir con esos requisitos”.
“Tenemos que pensar que primero tenemos que priorizar el acceso al trabajo, para luego incentivar a que la persona estudie y se capacite para progresar en la vida”, enfatizó.
Para cerrar, haciendo un análisis de toda esta situación, Ocampo sostuvo: “Pedimos respeto y que se termine la violencia hacia nuestro colectivo, no queremos sacarle el lugar a nadie, solo equiparar las posibilidades entre las personas trans y el resto. El cupo laboral trans precisamente tiene este último punto como principal objetivo, como así también demostrar que somos capaces de cumplir con cualquier trabajo”.
“Pero no debemos olvidar las inequidades existentes, y que hay una persona, Tehuel De La Torre, que está desaparecido hace un año”, agregó.
“Nosotros hace solo 10 años que vivimos en democracia, desde la sanción de la Ley de Identidad de Género, antes éramos llevadas presas solo por el hecho de ser quienes somos. Tener empatía, ponerse en el lugar del otro, hablar y escuchar a las personas trans nos permite poder ayudar a personas que están sufriendo, y que están de alguna forma obligadas a vivir mal y en peligro”, concluyó.
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