En medio de una marea humana, entre banderas y cantos, una cámara se alza y captura un instante. Es la mirada de Camila Buttafuoco, fotógrafa que este sábado presenta “Movilizaciones” en la Fotogalería 22, el espacio coordinado por Daniel Muchiut en el Museo Pompeo Boggio.
La muestra reúne imágenes que, como su nombre adelanta, retratan movilizaciones callejeras. Pero en el lente de Camila, la palabra va más allá. “Son hechos que me han convocado desde lo moral, desde las ideas, pero también desde algo interno que necesitaba expresar. A mí me sale más mediante fotos que mediante palabras”, cuenta.
En cada imagen, hay un diálogo entre dos movimientos: el colectivo —esas marchas donde la gente se junta para reclamar, recordar o celebrar— y el íntimo, ese que nace adentro. “Siento que las fotos hablan mucho por mí. Hablan de lo que pasa en el país, pero también de lo que me pasa a mí con eso”, manifiesta.
Formada en fotoperiodismo en la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina (ARGRA) y con experiencia previa en moda y publicidad, Camila encontró en estas movilizaciones un espacio de pertenencia. “En Capital me animé a salir con mi cámara como escudo. En medio de tanta gente, la cámara me hacía sentir invisible, pero a la vez parte de todo”.
Sus fotos no buscan la pose perfecta, sino el gesto que se escapa sin planearlo: una mano que aprieta una bandera, una mirada que se pierde en la multitud, un rostro que grita. “Muchas veces me gusta más lo que se da solo que el retrato en el que me miran. Prefiero capturar la emoción en el momento exacto”.
El camino que la llevó hasta esta muestra fue también un proceso personal. Admiradora del trabajo de Muchiut desde hace años, recién después de formarse sintió que era el momento de acercarse. “Vi un flyer suyo hace dos años y le escribí. Ahora me da el honor de estar acá, en este museo”.
En “Movilizaciones” hay imágenes tomadas a lo largo de varios años, en diferentes marchas y contextos, pero unidas por una misma intención: provocar algo en quien las mire. “Espero que quien vea la muestra pueda movilizarse, que no se quede sólo con el hecho puntual de cada foto, sino que sienta esa necesidad de apoyarnos colectivamente para atravesar muchas cosas”.
Porque al final, las movilizaciones no son sólo multitudes ocupando la calle, son también esos instantes en los que la emoción se expresa, y alguien —con una cámara en las manos— logra perpetuarla para siempre.
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