El pasado domingo, en el marco de los carnavales que se llevaron a cabo en Plaza 25 de Mayo, una trabajadora del Hogar de Abrigo Municipal fue brutalmente agredida por un grupo de jóvenes que intentaron arrebatarle una visera a uno de los niños de la institución.
La mujer -identificada como Romina Giribaldi– denunció el hecho públicamente en la red social Facebook, además de realizar la correspondiente denuncia en sede policial por estar involucrado un menor de edad.
“Es un hecho lamentable la sociedad violenta en la que vivimos día a día” enfatiza Fernando Garrido -Delegado del Sindicato de Municipales-, y agrega “lo que más molesta y duele es la falta de compañerismo y predisposición de la dirección, porqué ella llama al director del Hogar, que le dice que haga la denuncia correspondiente, pero nunca se acercó, no estuvo presente. Yo estuve hasta las siete de la mañana hasta que la compañera terminó su horario de trabajo. De hecho, además había un menor lesionado, con un precario médico y el director es el responsable legal del chico, y tampoco se hizo presente”.
Como bien describe en el relato, otro lamentable hecho violento de parte de una sociedad violenta. Una lástima que no se pueda andar libremente por lugares públicos, siendo menor o no, porque haya gente buscando “quilombo”.
Y con respecto a la autoridad máxima del establecimiento… qué se puede esperar del “sr” Ruiz, director del hogar, más que una patada? Ah, que el dicho era “de un burro”? Bueno, igual aplica. Gente que hace lo que hace por guita y no por vocación, en lugares donde la vocación debiera ser primordial.