Está ubicada en Saavedra 232 y en ella trabajan más de 20 personas con discapacidad.
Al mediodía de este viernes, se realizó la inauguración de la panadería del Taller Protegido Dignidad, en el que trabajan más de 20 personas con discapacidad. Un salto importante para la institución que lleva años en la producción de panificados que vendían recorriendo la ciudad y distintos comercios.
En el acto de ayer estuvieron presentes miembros de la Comisión Directiva; los diputados nacionales Constanza Alonso y Lucio Yapor; los legisladores provinciales, Fabio Gustavo Britos y Nora Salbitano; el intendente municipal de Alberti Germán Lago; y por parte del municipio, la secretaria de Derechos Humanos Diversidad Sexual y Género, Fernanda Pommarés; la directora de Discapacidad, Laura Azcola; y la directora de Educación, Francisca Mazzota; y comunidad en general.
En este marco, el presidente de la comisión directiva, Daniel Tarantino, expresó: «Estamos cumpliendo un sueño que la pandemia demoró. Esta realidad nos lleva a poder abrir las puertas de este local de venta al público, con una elaboración de productos, en su mayoría, hechos aquí por estos jóvenes, que son el alma del taller».
«Hoy lo importante es poner en marcha este objetivo y queremos que la comunidad de Chivilcoy venga a la panadería a comprar los productos, principalmente, por su calidad, más allá de colaborar con Dignidad», remarcó.
En este sentido, Tarantino dijo: «Estamos convencidos que los productos son de buena calidad, para eso hemos puesto toda la energía y hemos contratado gente especializada, pero lo importante de este proyecto es la inclusión».
«Esta inclusión que muchas veces se ve marginada, todavía hoy en el año 2022, se sigue mirando con diferencia a las personas con discapacidad. Estamos convencidos que este es el camino correcto para que ellos tengan un trabajo digno”, aseguró.
Por su parte, Darío Corrao, manifestó, feliz por esta apertura: «Esta gran comisión que tenemos acá impidió lo que en un momento nos parecía irreversible. Pero no podíamos cerrar las puertas de esta casa. La pandemia fue una enemiga, pero cada uno por su lado hizo lo que pudo para salvar a la institución, algo que cada vez se nos hacía más difícil por las situaciones que se nos iban presentando; pero hoy, afortunadamente, la panadería es una realidad».
«Lo mejor es ver la emoción en todos los operarios, ya que el verdadero objetivo de este taller es que sientan la pertenencia», enfatizó.
Por último, Corrao agradeció «a todos los colaboraron para que esto sea posible y a la comunidad que nos apoya desde el primer día”.
VIDEO