“Este proceso de reorganización nacional demandará tiempo y esfuerzos; requerirá una amplia disposición para la convivencia; exigirá de cada uno su personal cuota de sacrificio, necesitará contar con la sincera y efectiva confianza de los argentinos. El logro de esta confianza es, entre todas, la más difícil de las empresas que nos hemos impuesto” Discurso de Asunción como presidente del Gral. Jorge Rafael Videla (30/3/76).
Ocho funciones a sala llena acusan la apuesta de TRAC Grupo Teatral Independiente en la esquina de Humberto Primo y Pueyrredón. Bajo la dirección y guion de Diego Scarpellino, “El Trencito de la Alegría… [otro estudio acerca de la banalidad del Mal]” sacude el circuito teatral local con una puesta setentista y haciendo gala plena de sobredosis de ironía y acidez.
La invitación es a sumergirse en una puesta bizarra y cien por ciento “kitsch”, en esto de lo popular y lo no dicho. De la mano de cuatro personajes de Disney, Mickey (Pablo Durán), Minnie (Daniel Posik), Pato Donald (Mariano Rodríguez) y Tribilín (Guillermo Médice), Scarpellino decide darle la responsabilidad al espectador de ir rasgando las capas -pesadas- de la historia, como él mismo define en diálogo con DECHIVILCOY, de “una obra para adultos, con un abordaje complejo”.
Además de reconocer el marcado humor negro, el director describe la estética como “bastante extraña”. Pero lo cierto es que, sin dar mayores datos para aquel que aún no la ha visto, podemos dar por tierra su inocencia y aseverar que apuesta a la fuerza visual de la obra, la cual por su complejidad demandó más de un año de ensayos y un gran trabajo de entrenamiento actoral.
Las fichas están puestas en un espectador que da rienda suelta a la risa agridulce, entre luces de colores y personajes infantiles, risa que antecede al terror descascarado de máscaras que se van cayendo a lo largo de la obra. En ese descascarar, aparece la negrura, la cachetada kitsch, que significa en alemán “barrer mugre de la calle”, devenida en movimiento cultural de los años setenta por excelencia. Moralmente dudoso, este Movimiento estimulaba una vida estética convertida usualmente en pantomima, aunque no siempre, con el interés de señalar un vivir social ficticio y escondedor.
“Los discursos si no van cambiando su forma van perdiendo fuerza y penetración” dispara el director y guionista, al ser consultado por la manera, bastante diferente por cierto, de poner sobre el tapete un tema tan sensible para los argentinos, “esa fue la idea, construir una obra que aborde un tema bastante tratado de la historia argentina pero desde un lugar y manera diferente” argumenta.
El recorrido de este Trencito, es sinuoso y tenebroso, cuan los caminos de Balder de Roberto Arlt. Sucio y Naturalizado, cómo un trabajo de ingeniería macabra. Los personajes cubren y descubren un caudal profundo de sensaciones y hechos históricos. Bajo las pieles de cordero del Sr. Walt (eso merecería otro análisis sociológico), dejan entrever miserias, debilidades y un sórdido reciclaje que les permite sobrevivir y apurar una nueva versión de sí mismos, sin dejar sus máscaras, se pierden camaleónicamente en el seno mismo de nuestra sociedad.
Impecable trabajo actoral de Durán, Posik, Rodríguez y Médice. Cuarteto vertiginoso de innumerables matices, el cual desarrolla durante la hora y media que dura el recorrido De La Alegría, sin excesos y con guiños justos al espectador, una radiografía de cientos de personajes siniestros y lamentablemente reales de nuestra historia.
Altamente recomendable como opción de buen teatro. Infaltable para quienes conforman la cofradía de TRAC. Placer del oficio haberme subido a este Tren. Doblemente satisfactorio, haberme bajado rumiando, quizás dándole la razón al director en esto de cambiar las formas del discurso para profundizar su fuerza.
Por Valeria Trongé.
Ficha Técnica
Dirección General y libro: Diego Scarpellino
Asistencia de dirección: Gina Tosiani
Actores: Pablo Durán / Daniel Posik / Mariano Rodríguez / Guillermo Médice
Coreografía: Virginia Calcagno
Maestro chino: Sifu Chachi García
Iluminación: Diego Scarpellino
Fotografía: Natalia Maiale.
Funciones: sábados a las 21 y domingos a las 20.30hs.
Reservas al 2346-65-6055.
Muy bueno!!