No hubo sorpresas ni sobresaltos a lo largo del debate. Desde la previa casi todos los senadores habían adelantado su voto y ya era público que, a menos que sucediera algo extraordinario, la norma no prosperaría. El «poroteo» inicial contabilizaba 38 votos en contra y 31 a favor, cerca de lo que marcó el conteo final.
Tal cual se contemplaba en la previa, la votación fue 38 contra 31 en contra de la iniciativa que había obtenido media sanción en la Cámara de Diputados. Hubo dos abstenciones y una ausencia.
Por 38 votos contra 31, con 2 abstenciones (Crexell y Perotti) y una ausencia (Catalfamo), la Cámara de Senadores rechazó el proyecto de ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo que había obtenido media sanción en la Cámara de Diputados.
Con este rechazo, la iniciativa no se podrá debatir de nuevo hasta el año que viene, cuando comience el año parlamentario el 1° de marzo. Sin embargo, quienes impulsan la ley reconocen que en 2019 será difícil retomar la discusión debido a que la conformación del Congreso será la misma y, sobre todo, porque es un año electoral.
La vigilia de las militantes del aborto bajo la lluvia (Julieta Ferrario)
Los «celestes» también dejaron su huella en las inmediaciones del Senado. Desde el martes a la noche se congregaron y durante todo el miércoles hubo shows, cánticos y una marea de gente que llegó a vivir el momento de la votación. La euforia era notablemente más grande que el día de Diputados, cuando sufrieron con la media sanción. La sensación fue en todo momento de que se llevarían una victoria.
Dentro del recinto, los legisladores fueron fieles a los discursos que venían dando durante los días anteriores. En contra de la ley, Mario Fiad (UCR-Jujuy), presidente de la comisión de Salud (cabecera), Esteban Bullrich (Cambiemos-Buenos Aires), Rodolfo Urtubey (PJ-Salta) y Julio Cobos (Cambiemos-Mendoza) fueron de los más duros.
Los “celestes” también estuvieron durante toda la jornada (Martin Rosenzveig)
Fiad, médico, primero citó que el texto es «violatorio de la Constitución Nacional y de los tratados internacionales» y luego brindó argumentos relacionados a su profesión: «Un aborto hasta la semana 14 no se justifica sólo con el deseo de la mujer. Como médico no puedo estar a favor del aborto a demanda. Este proyecto no soluciona los problemas que se plantearon como argumentos a favor».
Y completó: «Hay que tener políticas de inclusión social para bajar la mortalidad. No aplicamos la Ley de Educación Sexual y hoy queremos legislar sobre eso. Se devaluó el valor de la vida y de las convicciones».
Esteban Bullrich, uno de los más militantes del rechazo, hizo hincapié en las convicciones de cada legislador: «No las podemos dejar de lado. Empobrece al Senado que nos hayan pedido eso. La discusión es si en el vientre hay un argentino que hay que amar y defender».
Así las cosas, ahora solo resta esperar cuándo la interrupción voluntaria del embarazo tendrá revancha en el Congreso. Una posibilidad podría ser cuando se debata la reforma del Código Penal, que será enviado por Macri en dos semanas. Allí, mantiene al aborto como delito, pero establece que el juez puede eximir de pena a la mujer. Además, insiste en que no es punible en caso de violación o cuando haya riesgo para la persona gestante.
En cualquier caso, en la cabeza de muchos diputados y senadores y, sobre todo, del colectivo de mujeres que se expresó en las calles, la idea es inamovible: el pañuelo verde no se va. Todos coinciden en que, si no es hoy, será mañana. Pero, tarde o temprano, el aborto legal será ley en la Argentina. [Infobae / Informe: Marcos Shaw / Fotos: Patricio Murphy y Gustavo Gavotti]