Con un acto oficial realizado frente a su monumento en la Plaza Principal, se conmemoró y recordó el fallecimiento del poeta chivilcoyano Carlos Ortiz, asesinado a sus 40 años, como consecuencia de las heridas de bala que recibiera durante el transcurso de un banquete servido en las instalaciones del Club Social, en homenaje al director de la Escuela Normal, el profesor Alejandro Mathus, quien, por razones políticas, había sido trasladado a la provincia de Mendoza.
Cabe destacar que, durante la evocación de los 108° aniversario del fallecimiento del poeta, estuvieron presentes el intendente, Guillermo Britos; autoridades de la Secretaria de Cultura, funcionarios municipales, familiares, representantes de la literatura y la política lugareña; la presidenta de SADE Chivilcoy, Marta Geve Cleci; y el director del archivo municipal, Carlos Armando Costanzo, quien lo recordó con una memorable oratoria.
Carlos Ortiz, nació el 27 de enero de 1870, fue un poeta que integró el grupo de autores modernistas más destacados de su época en la Argentina y ha dejado sus huellas a través de la literatura, su impronta y su influencia en la política desarrollada en Chivilcoy. La escuela primaria N° 28 lleva su nombre al igual que la calle N°75, denominada así en 1970 al cumplirse el centenario de su natalicio.
Sus obras más destacadas fueron “Rosas del crepúsculo” editada en 1899, “El poema de las mieses” en 1901, libro que lo hizo famoso y que fue reeditado en 1919 por la Cultura Popular Argentina, en 1962 por la escritora Ángela Colombo y en 1977 por el propulsor de la cultura chivilcoyana, Héctor Manuel Acuña; asimismo publicó un conjunto de composiciones inéditas y “El poema de la Pampa e Impresiones de viaje” (obras perdidas).
Armando Costanzo: “él solía decir que si un hombre trata la vida como artista debe ser todo corazón”
Dando comienzo al acto, luego de colocar la ofrenda florar en el busto escultórico, Armando Costanzo se dirigió al público presente informando que “el busto del poeta Carlos Ortiz fue inaugurado un 22 de octubre de 1939, una obra escultórica del gran artista plástico argentino, Juan Sureri”, luego enfatizó que dicho homenaje es “bien merecido a la figura de este inspirado e ilustre poeta lugareño”.
Asimismo destacó los distintos trabajos de investigación sobre el poeta Ortiz, realizados por el doctor Guillermo Rodolfo Pinotti, el escritor Hernán Ronsino, el poeta Ernesto Domingo Marrone, “como así también tantos otros escritores que han evocado la figura de este inspirado y notable poeta chivilcoyano, víctima de las pasiones políticas lugareñas y que dejo una obra significativa”.
Más tarde retomó su historia y expresó: “Ortiz había nacido en la estancia “Las Palmeras”, él mismo tuvo a su cargo un establecimiento modelo “Las Toscas” en Lincoln y siempre amo la tierra y nuestro terruño. Su figura no es solamente como poeta, sino como hombre comprometido con el trabajo, con los valores de la laboriosidad, la honradez, la lucha constante en favor del desarrollo del país y los principio éticos, fue un hombre que vivió para su tierra”.
Además, reveló que el poeta “renuncio en gran medida a la comodidad y el confort de una clase económicamente acomodada para trabajar por los demás”, y posteriormente recalcó la importancia de resaltar su figura, “porque hoy la necesitamos más que nunca, fundamentalmente por su exaltación del trabajo. Hoy debemos recuperar la cultura, la mentalidad, la conciencia y el hábito de trabajo, para contribuir así al engrandecimiento, al progreso y al desarrollo del país que todos aspiramos”.
Por último, haciendo memoria destacó que “él solía decir que, si un hombre trata la vida como artista debe ser todo corazón”, y en este sentido finalizó: “lo recuerdo en la llanura junto al sol y los trigales, con sus nobles ideales y su canto que aún perdura, rememoro su figura de una manera feliz y soñando u gran país, como él lo ansió tantas veces, siento el poema de las mieses del vate Carlos Ortiz”.