Con textos de Inés Ulanovsky y Hernán Ronsino, diseño de Juan Manuel Fiuza. Fue editado por Arte x Arte.
Sobre la obra y el artista, Hernán Ronsino escribió:
Muchas veces se contrastan las formas de vida estresantes de una gran ciudad con la idílica forma de vida en una ciudad pequeña. En pandemia mucha gente huyó de las ciudades para encontrar la paz en el campo. Pero vivir en una pequeña ciudad o pueblo como puede ser Chivilcoy no es fácil. Y más si viviendo en el pueblo uno quiere ser artista. Vivir, más allá de lo material, comprometido con el arte como es el caso de Daniel Muchiut. Pero Muchiut a este problema lo va a complejizar. Y lo va a complejizar por el proyecto artístico que despliega desde hace años. Un proyecto que tiene una coherencia y una potencia conmovedoras. Muchiut trabaja contando historias de personas que no son tenidas en cuenta o incluso a veces son consideradas peligrosas. Muchiut desarma estigmas y no solo muestra a sus retratados, muestra también la miseria de un sistema. Las fotos de Muchiut tienen en este sentido un efecto político tan impactante que es difícil encontrar algo semejante en el arte contemporáneo.
La orilla que retrata Muchiut es una zona donde habitaban legendarias figuras excéntricas que se fueron difuminando y perdiendo con el paso del tiempo. La orilla como un borde peligroso pasó a ser la orilla como acumuladora de restos. Muchiut es un antropólogo que husmea en esa orilla que ahora es ruina para rescatar historias. Para contarlas. Así emergen con toda su potencia: Oscar, los hombres de bares, los hombres de barro, los perros orilleros entre los girasoles, María, el matador, el cantor popular, el Topo, entre tantos otros.
Desde hace un tiempo, hemos tomado la costumbre de salir a caminar con Muchiut, cuando nos vemos salimos a caminar, generalmente, por ese territorio de la orilla. Y sucedió un par de veces que mientras caminábamos pensando ese entorno irrumpía de pronto el estruendo de la moto del Topo doblando en alguna esquina sin vernos. Era como estar en una película sin que los personajes nos vieran. Miles de veces vi al Topo en moto, tantas veces la vi María en su carro, el cantor popular vivía muy cerca de mi casa, había sido compañero de primaria de mi viejo, iba impecable a la escuela, dice mi viejo como un modo de contrastarlo con la vida que muestra Muchiut en sus fotos, un par de veces lo vi a Oscar arrastrando sus bolsas. Pero ninguna de estas personas volvieron a ser vistas de igual manera después de verlos a través de las fotos de Muchiut. Esa es potencia extraordinaria de Muchiut. Transforma a quien el pueblo convirtió en personaje, en una persona. La mirada de Muchiut desestigmatiza y le devuelve una vida que el pueblo le quitó. La vida de Oscar es el símbolo más claro de este procedimiento artístico. Porque le cambia la vida. Le devuelve a su familia. Más potencia transformadora que esa no encuentro en una obra artística contemporánea.
Es interesante ver cómo esta muestra que tenemos acá encarna de algún modo el procedimiento que recién mencionaba Algo parecido pasa en esta muestra porque está mostrando en su mayoría fotos que tienen muchos años y que seguramente los que estamos acá hemos visto muchas veces. Pero así como esta curada por Micaela, esta alteración del orden original, esta edición de ponerlas en combinación de otro modo, ese diálogo nuevo que se produce hace que las fotos recobren cierta vitalidad, sean vistas de un modo que evita el aquietamiento que puede tener aquello que miramos siempre y entonces como dice Benjamín sobre la historia estas fotos así como están interrogándonos nos permiten ver, en este instante de peligro, su luz reveladora.