Tras un extenso intercambio de argumentos, el Concejo Deliberante aprobó por mayoría el Presupuesto Municipal 2026, que prevé un total de $64.539.711.923. Acompañaron la iniciativa los ediles del oficialismo, el bloque Unión por la Patria y los concejales de los monobloques Patricia Mangino, José Ferro, Daiana Raulier y Gustavo Bruno. En contra se manifestaron los concejales del espacio Hacemos y el edil Martín Echeverría.

Fundamentos del oficialismo
La concejal Sofía Matteucci defendió el presupuesto asegurando que incorpora “un aumento del 30% respecto al año pasado, en línea con lo aprobado por otros municipios”. Explicó además que la decisión de separar la Secretaría de Servicios Públicos no implica gastos significativos, más allá del cargo del nuevo secretario, y justificó la reinstalación del estado de Emergencia Municipal por la compleja situación económica que atraviesan los gobiernos locales.
“Los municipios son los que ponen la cara frente a los vecinos”, sostuvo, al fundamentar la necesidad de mantener herramientas que permitan agilizar la gestión.
Críticas desde los bloques opositores
Entre los votos negativos, el concejal Martín Echeverría cuestionó que el presupuesto “contempla pocas obras y un alto porcentaje de transferencias de asistencia”. También advirtió que los salarios municipales “seguirán siendo muy bajos” y señaló que esperaba una actualización acorde al incremento de tasas aprobado en la Ordenanza Fiscal e Impositiva.
Echeverría también objetó que la nueva Secretaría de Servicios Públicos “no cuente con recursos extraordinarios”, pese a que -según expresó- gran parte de las críticas de la comunidad se vinculan a deficiencias en esa área. Además, reclamó que el presupuesto no se haya ajustado antes de su aprobación en función de las modificaciones votadas ese mismo día en las ordenanzas fiscal e impositiva.
Desde Hacemos, el concejal Martín Giannini cuestionó la decisión de incluir nuevamente la Emergencia Municipal en todas las áreas. Consideró que “no es un momento que justifique esta medida” y advirtió que su uso “permite eludir licitaciones públicas y debilita el control del Concejo Deliberante”.

Acompañamiento con reparos
El bloque Unión por la Patria acompañó el presupuesto, aunque planteó observaciones. La concejal Yanila Cofré afirmó que se trata de una herramienta fundamental para la gestión, pero manifestó preocupación por “la baja inversión en salud”, especialmente luego del incremento de la tasa asistencial aprobado horas antes. También señaló falta de actualización en la partida destinada a salarios.
Finalmente, podemos dilucidar que si bien el oficialismo logró la aprobación no tuvo el acompañamiento unánime que suele buscarse para una herramienta central de la gestión pública.
Mientras que el oficialismo defendió el documento como “equilibrado” y en línea con lo que ocurre en otros municipios, las críticas opositoras se concentraron en tres ejes: La falta de correlación entre el aumento de tasas y la asignación de recursos, especialmente en áreas sensibles como salud y servicios públicos.

La continuidad del estado de Emergencia, percibido por algunos ediles como un mecanismo que reduce controles institucionales y la escasez de obra pública proyectada en un contexto donde la inversión municipal es clave para dinamizar la actividad local.
El resultado final muestra un presupuesto aprobado, pero no exento de tensiones políticas y de interpretación sobre el rol del Estado en un contexto económico restrictivo. Las diferencias anticipan un 2026 con debates intensos sobre prioridades, ejecución y control del gasto público.








