En tiempos dónde la derecha es capaz de frustrar a un fascista como Alfredo Casero, encima hay que tomar lecciones con manoseado sustento académico como el de la gente de Milei.
Creo yo modestamente que este ha de ser el tiempo histórico más bizarro de la historia nacional, pues ni la década infame -ya desde el Gobierno de Mauricio Macri- nos ha revolcado tanto en la ignorancia de la clase política de izquierda a derecha y sin que medien siquiera de consuelo honrosas excepciones.
He oído verdaderas estupideces en estos días.
Una de ellas afirmaba que la capacidad de resiliencia humana es un concepto neoliberal.
Esta vez de semejante sin sentido se ocupó gente del campo popular, que en muchos casos me sorprendió porque profesionales de les que tengo buena impresión inclusive se hicieron eco.
Y yo me dije, estamos al horno.
Si la naturaleza que tenemos los seres humanos para recuperarnos de situaciones traumáticas desde aquellas condiciones, particularidades, dones o como se les quiera llamar, es atribuible al neoliberalismo, algo me he perdido por el camino y se lo voy a tener que preguntar a Noam Chomsky de estas cuestiones sabe un rato largo.
Pero como en la Tierra de Nadie que es la República Argentina se puede esperar de todo, a esta altura de la historia y desconociendo importantísimos debates políticos, antropológicos, filosóficos y sobre todo económicos que se han dado en todo el mundo y en especial en América Latina, además hay que SOPORTAR que nos vengan con el diccionario, la REAL Opresora Colonial Patriarcal y Capitalista ACADEMIA ESPAÑOLA, revoleando a Confucio y cuanto muerto hablante del pasado que ya no se puede defender pidiendo un derecho a réplica, a decir qué es la MERITOCRACIA esta caterva de fascistas de nueva ola.
Ha habido, para quién desconozca diferentes proyectos históricos en los pueblos del mundo a lo largo de la historia.
Para los pueblos occidentales y preminentemente del hemisferio norte, han prevalecido los proyectos basados en la ACUMULACIÓN DE RIQUEZA, cualquiera que se pegue una vuelta por la historia antigua con epicentro historiográfico euro centrista, blanco y colonialista, podrá corroborar este asunto.
En esos modelos a los que alguna gente considera «civilizatorios» se ha ido a la guerra consecuentemente en función de dejar la vida de generaciones completas sólo con el fin de constituir estados nacionales a fuerza de CONQUISTA, DOMINACIÓN, SAQUEO, PROSTITUCIÓN, y otras bondades basadas claro está en un TREMEEEEEEENNNDOOO MÉRITO de los pobres infelices que murieron en la ignominia para beneficio de algunos pocos.
De allí que nosotros, de este lado del Atlántico- les descendientes «de los barcos’ diría el Ilustrado Albertico Fernández (que no se sabe con qué mérito llegó a presidente), más les descendientes de LOS PUEBLOS ORIGINARIOS PREHISPÁNICOS ( de quienes todas, todos y todos, tenemos ADN aunque no se nos note al mirarnos al espejo) – NO tenemos como antecedentes proyectos históricos basados en la acumulación de la riqueza desde el Paradigma Colonial Capitalista, tenemos antecedentes de Proyectos Históricos fundados en la búsqueda de la Felicidad de Los Pueblos, en la defensa de la Comunidad entendida desde una constitución psíquica dónde hubieron sociedades que desconocieron el YO, pues aprendieron que existían en tanto Comunidad y no en tanto sujetos individuales.
Este antecedente histórico hace que algunas personas distingamos entre SER MERITORIAS, lo que significa MERECER, DIGNIDAD, RECONOCIMIENTO DE NUESTRA CONDICIÓN DE PERSONA HUMANA.
Para quienes entendemos que las personas somos MERITORIAS, no existe la posibilidad de discutir por ejemplo el DERECHO A LA SUPERVIVENCIA HUMANA.
Esto sucede porque no suscribimos al proyecto histórico de la ACUMULACIÓN, suscribimos al proyecto histórico de la FELICIDAD Y DE LA DEFENSA DE LA COMUNIDAD.
La tan mentada MERITOCRACIA se corresponde con aquellas personas que suscriben al Proyecto Histórico Colonial Capitalista.
Hasta acá el único problema sería que nadie se ocupa de hacer estas disquisiciones historiográficas para entender el debate.
Sin embargo, un problema más importante es la IMPOSICIÓN por la vía del despojo del conocimiento de la propia historia como latinoamericanos, de VALORES, que se supone separan a la buena gente (supuestamente los MERITOCRÁTICOS) y la mala gente: les que NO somos Defensores de la MERITOCRACIA.
Pero hay un problema mucho pero mucho más importante aún que es la PEVERSIDAD.
LA PERVERSIDAD DE PONER EN DISCUSIÓN LA SUPERVIVENCIA HUMANA y decir que todas aquellas personas que por complejísimos y largos procesos históricos han quedado relegadas de la posibilidad de sobrevivir dignamente y reclaman el derecho a ello, no Son Merecedoras o «MERITÓCRATAS» de recibir los bienes y servicios básicos que ya no discutía ni Otto Bismark en la Alemania del siglo XIX.
Eso no es ser meritocráticos, eso es ser una PERSONA DE MIERDA (de cuya definición voy a dejar a cargo de les Lectores las cuestiones etimológicas porque descuento que poseen una valiosa sabiduría existencial).
Ser una persona meritoria es algo que une SÓLO PUEDE EXIGIRSE A SÍ MISMO.
La competencia con uno mismo es la única que no conduce a la Guerra en la historia de la humanidad.
La MERITOCRACIA, basada- como bien se va de boca el seguidor de MILEI- en la CONQUISTA Y EN LA COMPETENCIA termina en resultados como la guerra de conquista que hoy su criticado Putin lleva sobre Ucrania y tal vez sobre los destinos de todo el Planeta.
Meritocráticos … por estos lares, a otro perro con ese hueso.
¡Me tienen harta!
¡Ah! Y si por vehemente me van a decir que soy violenta, ojo, también vamos a discutir que es la violencia con ESA gente que todavía discute la supervivencia.
María Laura Razzari
Malala
Nota relacionada:
Publicación pedida: Desmintiendo la connotación negativa de la meritocracia