El riesgo de terminar en una guardia médica no es menor en estás épocas festivas como la noche vieja: el mal uso de la pirotecnia o descorchar una bebida espumante puede terminar con heridas graves. También son frecuentes los accidentes viales o las descompensaciones a causa de lo que ingiere y se bebe.
Sobre el uso de pirotecnia consultamos al secretario de Salud municipal, Dr. José Luis Neme, quien nos dijo: “Tiene un factor de riesgo, sabemos además que no se debe usar sonora porque produce ruidos molestos y agresivos para personas dentro del espectro autista, adultos mayores y mascotas”.
“En Navidad no hemos tenido casos de lastimaduras por su uso y apelamos a que suceda lo mismo el 31. Podemos celebrar igual con efectos lumínicos, para pasarlo bien y con alegría, pero sin apelar a recursos que son agresivos con terceros el medio ambiente”, agregó.
Seguidamente, informó: “Si hemos tenido accidentología fundamentalmente motovehicular, por eso pedimos el uso del casco; el respeto a las señales de tránsito como, por ejemplo, a la luz roja del semáforo; y evitar las maniobras sinuosas o que circulen tres personas o más en la moto”.
Otra cuestión a tener en cuenta son los desarreglos alimenticios. En relación a esto, la directora asociada del Hospital Municipal, Dra. Marcela Conde, señaló que “en las Fiestas se comen muchísimas calorías”.
En este sentido, amplió: “En una cena el 31 a la noche, se puede llegar a consumir, entre el alcohol y los alimentos, 7000 o 8000 calorías, lo cual puede ser especialmente perjudicial para pacientes con diabetes, hipertensión o enfermedad cardiovascular”.
“Al alterarse los valores, la persona puede sufrir una descompensación que termina con el ingreso al segundo nivel de atención que es el Hospital; lo que aconsejamos es que disfruten de las Fiestas pero aprendan a elegir el plato más conveniente y que alimentos consumir o no, haciendo un balance”, sostuvo.
Aunque remarcó: “Sabemos que es difícil porque es una reunión familiar, que dura largas horas, se consumen muchas cosas y la mayoría toma más alcohol de lo que habitualmente hace; por eso, la idea es consumir lo más fresco y sano posible, siempre adaptándose a la patología que cada uno tenga”.
Otro factor desencadenante en fechas como éstas tiene que ver con que las personas tienden a hacer menos ejercicio, a dejar de tomar medicamentos habituales y posponer consultas médicas lo que también los hace más propensos a descompensaciones.
Por último, vale la pena tener en cuenta las lesiones oculares que pueden desencadenarse al abrir una botella de bebida espumante, dado que un corcho que golpea un ojo puede causar ceguera permanente, desprendimiento de retina y/o dislocación o luxación del cristalino.
Ser consciente de los riesgos y sus desencadenantes, nos invita a seguir las recomendaciones para disminuir los riesgos de terminar en una guardia médica en esta época de celebración, como así también de no perjudicar a terceros.