Cada día asistimos a noticias en las que las/os trabajadoras/es y las/os que menos tienen son las/os principales perjudicadas/os. Las medidas del gobierno de Mauricio Macri desde hace un año y algunos días, afectan directamente a la masa productiva de la Argentina, retrotrayéndonos a políticas que ya nos tocó vivir a lo largo de nuestra historia, expresada principalmente en la década de los ’90.
En este marco, 380 trabajadoras/es de Artes Gráficas Rioplatense del grupo Clarín se encontraron a principios de semana con las puertas cerradas de la planta en la que trabajan, con el objetivo de despidos masivos por parte de la patronal, nada más y nada menos que el grupo mediático más poderoso de la Argentina y con un pasado negro, protagonista de la peor historia de nuestra Nación.
En el año que multiplicó sus ganancias por publicidad oficial, el grupo Clarín marca el camino con sus propios trabajadoras/es para la imposición de la tan temida flexibilización laboral, que defendió durante la época del menemismo y ahora con el gobierno de Cambiemos.
Ni más ni menos que el grupo de medios que oculta las políticas neoliberales del actual gobierno, en que una gran cantidad de trabajadoras/es de nuestro país, desamparadas/os por las cúpulas sindicales, pasan por el drama de quedar sin su sustento o deben aceptar las viles condiciones que se les impone a base de amenaza de despido o directamente, la salvaje represión, como si las/os pobres fueran enemigas/os de la Patria, cuando cada vez está más claro que enemiga/o es quien emplea la fuerza contra el pueblo.
Invisibilizar esta otra terrible noticia o manipularla, se traduce en una estrategia política desde los medios de comunicación más poderosos, donde el periodismo, creyéndose en épocas en que era una profesión de “ilustrados burgueses”, creen estar en una posición por encima de las demás profesiones y del pueblo, en tanto detentadores de la verdad y constructores del sentido común. De ahí su impunidad.
Así forman agenda y son coherentes con la política gubernamental en contra del pueblo y la soberanía nacional, que blinda, esconde o la presenta de manera retorcida.
Y es ahí desde donde es necesario dar la batalla. Es imperativo que las/os comunicadoras/es empecemos a tomar conciencia de clase y nos reconozcamos como trabajadoras/es, con una profesión u oficio tan digna como la de las/os demás y donde es necesario ser honestas/os e íntegras/os, a la par de quienes reclaman sus derechos como los de AGR Clarín, Cresta Roja, los de las/os empleadas/os estatales en Ministerios claves como Educación y Salud y de tantas otras luchas ocultadas por Clarín y sus secuaces.
Como comunicadoras/es y con el concepto cooperativo de la construcción cultural, deploramos y cerramos filas junto a las/os trabajadoras/es de AGR Clarín y de todas/os las/os demás sectores que luchan por sus derechos cercenados.
esto lo hizo macri en un año?
En 15 años se triplicó el número de villas en el conurbano
Eran 385, según el censo de 2001; el gobierno de Vidal reveló que hay 1134 en la misma área
En este documento se aprecia la verdad de lo ocurrido en Artes Gráficas Rioplatense (Para que se sepa quienes fueron los verdaderos responsables de que el conflicto llegara a un callejón sin salida para los trabajadores):
“AGR intentó infructuosamente, durante los últimos años, explorar caminos que permitieran atenuar los efectos de la caída en la impresión comercial masiva y preservar, aunque sea parcialmente, la sustentabilidad del taller de Pompeya. Pero lamentablemente el enorme desafío que implicaba este cambio en la industria (hoy orientada a la impresión segmentada, personalizada y distribuida) no fue acompañado por la comisión interna de delegados de ese establecimiento, que rechazó sistemáticamente todas las propuestas realizadas. Esto hizo cada año más complicada la situación económica del taller, al punto de llevar cuatro años consecutivos de pérdidas crecientes. La negativa a discutir alternativas para mantener abierto el taller se reflejó, entre otras situaciones, en: i) el rechazo total a un plan de retiros voluntarios que permitiera adecuar el tamaño del taller a las nuevas demandas; ii) la negativa a que los operarios pudieran ser reasignados a un sector o máquina diferente, por lo que muchos días quedaban máquinas sin funcionar u operarios que cobraban sin realizar tarea alguna; iii) el bloqueo al redimensionamiento del sector de pre-prensa, hoy prácticamente sin actividad debido a la digitalización; iv) el rechazo a la realización de trabajos de impresión por “solidaridad gremial”, al provenir de talleres que habían cerrado sus puertas; v) el rechazo al desmonte de máquinas en desuso y la venta de 2 máquinas improductivas, como forma de reducción de pérdidas; vi) la traba de la operatoria diaria a través de reclamos artificiales, medidas de acción directa y quites de colaboración, a pesar de que la planta siempre pagó los mejores salarios del sector, respetando todas las condiciones establecidas en la paritaria y el convenio colectivo de trabajo”
Ahora, que los delegados les consigan trabajo a sus dirigidos en Página 12, por ahí tienen más suerte…