La Mesa Interorgánica de Géneros (MIG) participó de la presentación del documental “Celia”, que hace un seguimiento de la labor de Celia Molinedo junto a sus pares de la comunidad boliviana en Chivilcoy; realizado por el Colectivo La Confianza.
Nuestra intervención estuvo orientada a rescatar la situación de las mujeres migrantes bolivianas en nuestra ciudad y a nivel país desde una perspectiva de género.
¿Por qué migran las mujeres? ¿Cuáles son sus proyectos migratorios?
La experiencia migratoria de las mujeres se distingue de la de los varones. Esto se puede ver con claridad en las diferentes etapas del proceso migratorio: desde los factores que influyen en la decisión de migrar, las condiciones de traslado, la inserción laboral, entre otros.
La migración de las mujeres no es homogénea, migran a destinos diversos, por motivos diversos, solas o con el grupo familiar, se trasladan para buscar alternativas económicas. El común denominador de ese drenaje es y ha sido el trabajo.
Por otra parte, las mujeres bolivianas llegan a nuestro país en la mayoría de los casos como acompañantes del varón, quien suele ser el que inicia el movimiento, o bien a través de relaciones familiares previas.
Otro punto a destacar es el papel de estas mujeres en la articulación entre el lugar de origen y el de destino, tanto en la reproducción de la cotidianeidad (comidas, costumbres) como en las acciones que se traducen en una creciente visibilidad en el espacio público a través de estrategias de identificación étnica como son las fiestas, ferias y organizaciones civiles.
Como plantea Michelle Perrot -historiadora y feminista francesa- son las mujeres migrantes quienes mantienen las tradiciones, la lengua materna, la cocina y los hábitos religiosos.
Para la socióloga boliviana Silvia Rivera Cusicanqui, son las mujeres las que tejen relaciones interculturales con otras comunidades.
En tanto los varones y su lectura de la identidad están en el territorio, las mujeres son las que sacan y meten cultura, tejen y entraman.
Los avances de los estudios de género en los últimos años han permitido visibilizar a las mujeres migrantes. Ellas se mueven, acompañan, trabajan, utilizan las redes y también las crean, construyen entramados socioterritoriales y son actoras de nuevas formas de territorialidad.
Finalmente, aunque permanezcan aún ciertas formas de vulnerabilidad, estas mujeres migrantes, de ser actoras pasivas e invisibilizadas, se convirtieron en protagonistas esenciales en los procesos migratorios.
Mesa Interorgánica de Géneros