Este 24 de marzo, se cumplen 48 años desde que las Fuerzas Armadas perpetraran en 1976 un Golpe de Estado Cívico-Militar contra el Gobierno constitucional de María Estela Martínez de Perón, dando inicio a la época más oscura de nuestra historia.
La intencionalidad de la Dictadura fue imponer a sangre y fuego un modelo de país que desterrara la búsqueda de una sociedad inclusiva, con justicia social, con participación política plena y de desarrollo soberano. Para conseguir esos objetivos el terrorismo de Estado implementó un sistema represivo de persecución, prohibición de toda actividad política, secuestros, torturas, desapariciones, asesinatos y apropiaciones, endeudamiento externo, privatización de los bienes nacionales y un feroz recorte de derechos de los trabajadores.
En ese marco, las ciudades fueron los principales territorios donde operó el Plan Cóndor, un plan represivo de coordinación de las dictaduras del Cono Sur. El golpe de Estado en Argentina, pero también los que se sucedieron en Chile, Paraguay, Bolivia, Brasil y Uruguay, formaron parte del esquema regional que se utilizó con el objetivo de disciplinar a las sociedades e instaurar un modelo económico de revalorización financiera.
El compromiso y lucha de los organismos de DD. HH., Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, HIJOS, Familiares y sobrevivientes, permitió que esas banderas de Memoria, Verdad y Justicia se fueran concretando en la Argentina. Desde la condena a las Juntas Militares, la implementación de los juicios por la Verdad, y las políticas de profundización de derechos humanos implementadas desde 2003, nos han permitido avanzar en el camino de la restauración plena de una sociedad democrática.
“Porque el pueblo que no piensa su pasado y que no lo elabora, corre el grave riesgo de repetirlo; pero más importante aún que recordar, es entender, aunque para entender es indispensable también recordar. Ese proceso de recordar, esa construcción de la memoria es un valioso mecanismo de resistencia” (Néstor Kirchner).
A 48 años, Memoria por la Verdad y la Justicia de nuestras vecinas y vecinos chivilcoyanos que sufrieron la tortura, la desaparición, la persecución y hasta la muerte por motivo del último Golpe Cívico-Militar.
Sebastián García.