
Cada hecho de inseguridad, sobre todo y curiosamente en la Pcia. de Bs. As, es tomado como arma por el gobierno nacional para disparar sobre la gestión del gobernador que más territorio político detenta por razones demográficas.
Cada hecho de inseguridad, sobre todo en la Pcia. de Bs. As. es interpretado por fuera de su historicidad y de los fenómenos sociales que le dan contexto y explicación.
Como si fuéramos incapaces de comprender las complejidades del deterioro social, como si no supiéramos que hace rato que la gente en este país nace muerta, y muerta anda por las calles alimentándose de nuevos cadáveres.
Ante el escenario electoral el mileísmo arroja los cadáveres que su propia política de reducción del Estado asesino, arroja cadáveres nacidos de una reducción de más de 750 mil millones de pesos sólo en seguridad, eso sin contar el resto de las áreas de políticas públicas que intervienen en la seguridad más directamente de lo que nos quieren hacer creer.
La seguridad de un pueblo no nace en las metodologías de control de la criminalidad -y esta no es una creencia de zurdes ni de idiotas, como nos llaman- pues la salud social nace de la materialización del acceso a los derechos consagrados en la Constitución Nacional Argentina, la misma Ley que el Presidente de la Nación se pasa por el traste con la connivencia de buena parte del Senado, para meter jueces por la ventana que le cuiden las espaldas y lo protejan del vendaval que se viene después de su ostentosa e internacional criptoestafa.
En este encuadre la lluvia de cadáveres sobre la gobernación de Axel Kicillof bien evidencia el tamaño de la debilidad del gobierno nacional: el ataque realmente parecería ser proporcional al desastre que se le viene encima a Javier Milei.
Lejos de cuidar sus espaldas y seguir, se le hace necesario profundizar su lógica extractivista de poder, y usar el cuerpito de Kim de 7 añitos o la muerte de Silvia de 55, o cualquier otro hecho -no de inseguridad- sino de abandono social del Estado por desmantelamiento de políticas públicas de cuidado, para seguir construyendo el aparto político más perverso de la historia Nacional; sí más perverso aún que la última dictadura militar.
El vil extractivismo ya no se sacia de producir esclavitud, de condenar a una muerte prematura a personas adultas mayores, a personas con discapacidad, a migrantes (también específicamente protegides en el propio preámbulo constitucional), de entregar la fertilidad de la tierra, los bienes nacionales estratégicos azotados entre otras cosas por el fuego, la entrega planificada del territorio nacional al narcotráfico y la trata, etc.
El extractivismo usará tu cuerpo sin vida mañana, cuando la máquina de concentrar poder y riqueza te asalte en una esquina o llegando a tu casa, te mate y deje muerta en vida a toda la gente que te quiere y que te cuida.
El extractivismo sobre los cuerpos de las víctimas que Milei con sus políticas de reducción del Estado provoca (si acaso no fueran elegidas y mandadas a matar específicamente para hacer campaña, no lo sé) es la expresión más elocuente del deseo infructuoso de asemejarse en crueldad al monstruo de Donald Trump, como si le estuviera haciendo los deberes al jefe.
¡Qué olor a lógica de mafia!
El extractivismo humano es la esencia del pensamiento libertario, son sus seguidores y funcionaries absolutamente consistentes y coherentes con lo que promulgaron antes de llegar al poder con lo que están haciendo.
Asestada de un estrépito institucional y político la Presidencia de la Nación desde el 14 de febrero ahora quiere dejar en las mismas condiciones institucionales a la Pcia. de Bs. As.
Este no es un asunto de sí me gusta o no me gusta Axel.
Este es un asunto más viejo, y es que el Estado de la Nación Argentina se yergue históricamente en el territorio de la Pcia. de Bs. As, que ha sido su anclaje geopolítico.
Asestar «El Golpe» sobre Axel, es hacerlo sobre el origen mismo de la Nación, sí una nación de rasgos aún unitarios y centralistas que el mileísmo gusta acariciar en desmedro de la Plurinacionalidad que hemos ido reconociendo lentamente, durante los últimos 40 años de democracia.
El extractivismo es malo, cuando es sobre las cosas.
El extractivismo es insoportable cuando es sobre lo humano.
Para ocultar su fétido olor hay que distraer y sacar ventaja.
Para ocultar la pudrición de una parte hay que pudrirlo todo.
No, señor Presidente, no necesitamos ser peronistas ni kirchneristas, ni indolentes ante la historia de corrupción de la Argentina para saber de qué lado nos vamos a poner.
Todes junto a Axel.
La Red de Mujeres Libres de Violencia de la Pcia de Bs As lo tiene claro.
Las colectivas transfeministas lo saben.
Las personas con discapacidad lo saben.
Las mujeres que no se podrán jubilar lo saben.
El personal de educación, de salud y de seguridad de la Pcia. de Bs. As. lo sabe.
Las personas dedicadas al desarrollo de la Ciencia y la Tecnología lo saben.
La gente de a pie que ha sido testiga del siglo XX, lo sabe.
La mayoría lo sabe.
Su ataque, señor Presidente, es proporcional a su debilidad y a su inconsistente pretensión de hacerle los deberes al jefe de la mafia, Donald Trump.
En Argentina, golpes, #NuncaMas.