![<span style='color:#f000000;font-size:14px;'>ANIVERSARIO</span><br>[Publicación pedida] Evita vive: memoria, lucha y esperanza <span style='color:#f000000;font-size:14px;'>ANIVERSARIO</span><br>[Publicación pedida] Evita vive: memoria, lucha y esperanza](https://dechivilcoy.com.ar/wp-content/uploads/2025/07/260725-Evita-vive-memoria-lucha-y-esperanza-376x420.jpg)
El 26 de julio de 1952, la Argentina se detuvo. A las 20:25 horas, una voz quebrada anunció por radio la noticia que partiría en dos la historia del siglo XX en nuestro país: Eva Perón, la abanderada de los humildes, pasaba a la inmortalidad. Tenía apenas 33 años.
Han pasado 73 años desde aquella noche de invierno en la que multitudes lloraron su pérdida como si se tratara de un miembro de su propia familia. Porque, para millones, Evita fue eso: madre, hermana, compañera, y, sobre todo, la voz de los sin voz.
En tiempos donde la política parece alejarse cada vez más de la gente, Evita sigue siendo un faro que ilumina a quienes creen en la justicia social como norte irrenunciable. Su legado no se limita a los libros de historia, ni a los retratos colgados en sedes partidarias; vive en cada derecho conquistado, en cada salario justo, en cada niño que puede estudiar, en cada mujer que se atreve a levantar su voz.
Evita fue, y sigue siendo, una mujer adelantada a su tiempo. Entendió como pocos que la verdadera transformación social no se logra sólo con discursos, sino con hechos concretos: hospitales, hogares, escuelas, trabajo digno. Su Fundación y su lucha por el voto femenino cambiaron para siempre la Argentina.
Hoy, cuando el peronismo enfrenta desafíos internos y externos, recordar a Evita es mucho más que un acto de nostalgia. Es una invitación a recuperar lo mejor de su espíritu: la cercanía con el pueblo, la sensibilidad frente al dolor ajeno, la convicción de que nadie se salva solo.
El paso a la inmortalidad de Evita no fue sólo el fin de una vida, sino el comienzo de un símbolo que todavía interpela y exige: ¿qué haría Evita hoy? La respuesta no está en repetir consignas, sino en animarse a soñar un país más justo y en trabajar todos los días para construirlo.
A 73 años de su partida física, Evita sigue viva en cada argentino que cree que la patria es el otro. Para el peronismo, su nombre debe ser siempre un compromiso de esperanza: la certeza de que, aunque los tiempos cambien, la justicia social no se negocia.
Sebastián García, militante peronista.