El 26 de julio se cumple un nuevo aniversario del fallecimiento de Eva Perón, la mujer que se convirtió en una de las figuras célebres de la humanidad.
Evita, como cariñosamente se la recuerda, compartió con Perón el liderazgo carismático del peronismo, demostró gran capacidad de conducción y construcción política, llegando a conducir dos de las tres ramas del movimiento, la femenina y la sindical. A esta influencia decisiva se sumó su tarea social en la Fundación que la ubicó definitivamente en los sentimientos y en las razones de sus descamisados, llegando con su obra a los más humildes, a los más necesitados, hasta los últimos rincones del país.
Evita hizo de la política una búsqueda abnegada por la igualdad y la justicia social. En esa búsqueda marcó un cambio de paradigma en materia de políticas sociales, por el que los destinatarios de las mismas pudieron reconocerse como sujetos de derecho, dejando atrás una larga historia de medidas asistencialistas y estigmatizantes que entendían a la política social centrada en las desdeñables beneficencia o caridad.
Evita llevó adelante un proceso de construcción de ciudadanía que comprendió el impulso del voto femenino, la lucha por la igualdad de género y por el lugar de la mujer en la política. En 1948 creó la Fundación Eva Perón, desde donde construyó viviendas, escuelas, hogares de tránsito, colonias de vacaciones y policlínicos de atención totalmente gratuita. Estas acciones se sumaron a otras iniciativas como el Tren Sanitario de atención médica que llegó a los lugares más alejados del país; los populares Juegos Evita, por los cuales los niños y jóvenes accedían a la atención médica especializada; y la declaración de los derechos de la ancianidad.
A partir de esta serie de transformaciones, basadas en una nueva concepción de la política social, y orientadas hacia un imaginario más democrático, sectores históricamente excluidos fueron incorporados por primera vez a la vida cívica y política de nuestro país. Asimismo, el Estado comenzó a ocupar el rol de garante y promotor de derechos.
Contra este poder innovador construido por Evita, se alzaron las voces de sus enemigos más peligrosos, condenándola por su “insolencia”, lo que les hacía advertir el peligro que para sus intereses representaba esa mujer que no se detenía ante nada.
Evita reúne, sin dudas todas las condiciones para ser un mito, llegó a lo más alto partiendo desde muy abajo, murió muy joven y en el esplendor de su vida y a partir de allí la historia la mira como “La abanderada de los humildes, la compañera Evita” o “esa mujer La Eva”, según las respectivas leyendas. Se despertaron hacia ella todos los sentimientos, pero con lo que nadie pudo frente a Evita fue, con la indiferencia.
Ante un nuevo aniversario de su partida, la recordamos con afecto desde nuestros corazones y reafirmamos el compromiso que asumimos como peronistas de dirigir todos nuestros esfuerzos hacia los más desprotegidos.
Claudia Bogliolo | Concejal PJ Cumplir