El 17 de noviembre de 1972 el General Perón volvió al país, después de casi 18 años de injusto exilio. Fue en ese día que se puso fin a las luchas de la gloriosa Resistencia, fue el día en el que el General habrá sentido que se le hacía una reparación histórica después de tanta difamación. Ese fue el día del gran triunfo popular del Movimiento Justicialista.
Por todo esto, el 17 de noviembre es el «Día del Militante” en homenaje a los miles de compañeros que sufrieron persecución, cárcel y exilio, que arriesgaron sus vidas y en muchos casos la perdieron, por traer a Perón de vuelta a su Patria para que reconstruya ese Proyecto Nacional y Popular que había sido prohibido. Proyecto que fue paralizado nuevamente unos años más tarde, producto de la peor dictadura que sufrió nuestro país.
Por eso afirmamos que el Proyecto político que nos hizo crecer por más de 12 años será defendido y continuado solo por nuestro compañero Florencio Randazzo. Porque estamos convencidos que Florencio es el candidato del pueblo, el que no viene del lado de las corporaciones sino de la mano de la militancia. Militancia que lo vio crecer, que fue testigo de cómo con trabajo, compromiso y pasión logró transformar todo desafío con el que se enfrentó.
En este «Día del Militante «reafirmamos nuestro compromiso militante con el Pueblo, con su Clase Trabajadora. Porque Militar es abrazar un sueño, una bandera. Es sentir propio el dolor del otro. Es sufrir la necesidad del otro. Es abrazar a la política como única herramienta posible para cambiar la realidad.
A la militancia argentina salud, a los compañeros de ayer, a los compañeros de hoy, y a los compañeros del alma… ¡Gracias por existir! ¡Feliz Día del Militante!
Juventud Peronista Chivilcoy
viene de arriba….
Por todo esto, y por muchas razones más, no puedo ser peronista. Porque ser peronista implica renunciar a mi valor como persona humana para delegarlo en un líder que cuida de mí sin dejarme que mi iniciativa individual me convierta en un ciudadano antes que en un súbdito. Porque ser peronista supone que debo humillar mi iniciativa individual de progreso y trabajo ante un conjunto de gente debe obtener los mismos beneficios que yo sin hacer nada. Porque ser peronista conlleva pensar y sentir que una Constitución no tiene valor alguno, tolerando entonces que se la haga de nuevo (Nacional, 1949); que se la reforme para que los líderes sean reelectos (Nacional, 1994; innumerables casos provinciales, recientemente Tucumán, 2006); que se la viole impunemente sin que a nadie se le mueva un pelo (Admisión de la candidatura de dos candidatas peronistas para elecciones de Senador Nacional, año 2005; ambas resultaron electas y se vulneró el principio constitucional de representación de la minoría), etc. Porque ser peronista, en última instancia, trae aparejado admitir como institucionalizado al más conservador, medieval, retrógrado e inerte de los modelos políticos: el de una reducida clase gobernante, encabezada por el líder paternalista, y sostenida por los impuestos cada vez mayores que deben abonar los súbditos; y el de una enorme cantidad de vasallos del sistema, sumidos de manera intencional en la peor de las pobrezas, que borreguilmente aman a su “conductor” sin saber que él mismo causa los males con los que diariamente deben lidiar.
feliz dia!
Cada vez más inmersos en el siglo veintiuno, observamos atónitos el crecimiento y desarrollo de un gran número de países, mientras en nuestro suelo cada vez se invierten más fondos públicos en “gasto social” y uno de cada tres argentinos sigue siendo pobre. Allá por la década del ’40, quien se encargó de oficializar el despilfarro de los – por entonces abundantes – dineros del Estado, fue Juan Perón, un coronel carismático que no temía exhibir su profusa admiración por los totalitarismos alemán e italiano.
caudillista, basado en la dádiva, personalista, verticalista, autoritario, por momentos militarista, que no escatima recursos para alcanzar sus fines, cuyo vínculo entre sus miembros se funda más en lo sentimental que en lo racional.
Otro de los factores asociados a la enorme concentración del poder que ostenta el peronismo es la creación de clientelas. Inducir a alguien a una situación de pobreza es a la vez crear con él un vínculo por el cual se le da lo que necesita (vivienda, alimentos, ropa, esparcimiento) a cambio de su apoyo electoral. Esto va indisolublemente ligado a la distorsión de los paradigmas educativos, creando en los puntos individuales de esa masa amorfa y despersonalizada la convicción de que el peronismo es el salvador de aquellos que sufren a causa de la imposición de modelos antipatrióticos y salvajemente capitalistas.
Durante los años cuarenta y cincuenta los educandos debieron educarse mediante recursos tales como “Nuestro presidente es el primer trabajador»
el peronismo no es un conjunto de ideas, ni siquiera un espacio de discusión. Es ni más ni menos que una poderosa estructura de poder, fuertemente electoralista, desde la cual cualquiera puede hacerse con el control total de sus resortes habiendo triunfado puertas adentro (y en este sentido también valen todos los métodos posibles).
sigue…..