En un contexto signado por el debate en la Cámara de Senadores en torno al proyecto de ley que busca retrotraer los aumentos tarifarios a noviembre de 2017, no podemos permanecer en silencio ante las declaraciones emitidas por la Licenciada María Eugenia Vidal -actual Gobernadora de la Provincia de Buenos Aires- durante el almuerzo organizado por el Rotary Club en el Hotel Sheraton.
Rememorando la ya célebre «¿Qué es esto de Universidades por todos lados? Basta de esta locura» del Presidente Mauricio Macri, la Gobernadora se cuestionó ante la audiencia: «¿Es equidad que durante años hayamos poblado la Provincia de Buenos Aires de Universidades Públicas cuando todos los que estamos acá sabemos que nadie que nace en la pobreza en la Argentina hoy llega a la Universidad?».
Estas declaraciones, más allá del sentido autocrítico con el que lo leerán los escribas del Gobierno para salvar la imagen de quien hoy -aunque lo niegue- ostenta el indudable sello del sucesor, tienen un fuerte sentido elitista disfrazado de crítica a la utilización de recursos en «prioridades equivocadas» de sus antecesores.
Pero claro, quizás el error es nuestro porqué ¿Cómo hacerle entender a quién egresó de una de las Universidades privadas más costosas de la Argentina la felicidad y la dignidad con la que enfrenta la vida él o la joven que es primera generación de universitarios en su familia? o ¿Cómo pretender que quien forma parte del «equipo» que está dispuesto a enajenar nuestros bienes nacionales y a ahogar presupuestariamente a la salud y a la educación, comprenda la importancia de las más de 150 instituciones universitarias y los casi 2 millones de estudiantes que las pueblan en el desarrollo de nuestro país?
Abundaron en su discurso también los ataques contra los docentes y la defensa acérrima del rumbo tomado por el Gobierno Nacional en materia económica a pesar de los recientes desastres que implicaron la corrida cambiaria que llevó el dólar a más de 25 pesos, que en los hechos significó una devaluación del orden del 25%, un aumento de la canasta básica del orden del 15% y la ficticia pauta inflacionaria del 15% en una mera buena declaración de intenciones que hoy no tiene correlato con la realidad.
Nuestra eterna convicción de que solo en el Pueblo y en sus siempre acalladas voces podemos cultivar proyectos serios, auténticos y democráticos nos exige nunca ser capaces de admitir que la democratización de la ciencia y la cultura, la salud y la educación sean un «gasto» que haya que racionalizar. Muy por el contrario, reafirmamos su carácter de «inversión» en el desarrollo de una Patria justa, libre y soberana.
JUVENTUD PERONISTA CHIVILCOY