Chivilcoy pueblo maduro, sabe lo que quiere, lo sabe desde hace tiempo.
Llevó unos años que se manifestara con claridad, al menos para mí modesto entender, pero finalmente sucedió o finalmente yo también crecí como para interpretar.
Desde 2013 el gobierno de Darío Speranza tuvo que recurrir a artimañas como la de embarrar el escenario local para evitar el crecimiento de un espacio vecinalista como el de Guillermo Britos que en ese tiempo constituyó una alternativa electoral con Unión Celeste y Blanco de Francisco De Narváez.
En esa época el Frente Renovador me había invitado a integrar la lista de concejales dado mi agenda de Género y así conocí algunas realidades que como docente y ama de casa no llegaba a ver.
Lo primero que advertí fue de lo que era capaz el Pro en manos de Sebastián García De Luca, alguien que mantenía conversaciones con el señor Pittelli para “romper” y así evitar el éxito de Britos.
Esa y más conductas abyectas de García De Luca me alejaron de la construcción que el Frente Renovador pretendía hacer, porque las consideré fascistas y corruptas.
Sin embargo, no renuncié a la posibilidad de integrar la lista y alcanzar la banca porque mi oportunidad era la oportunidad histórica que merecían las voces de las mujeres por milenios acalladas.
Continué hasta tener la oportunidad de cumplir con la misión por la que se me había convocado, pero por honestidad intelectual e ideológica -y conforme a lo dispuesto por la Ley Orgánica de Municipalidades- decidí que mi banca se convirtiera en el Bloque Feminista.
Las construcciones vecinalistas se me hicieron siempre un tanto sospechosas, con rasgos clasistas y reaccionarios y no me gustaron nunca.
Esos tintes me alejaron también de la posibilidad de integrarme al Frente Renovador cuando transité mi labor legislativa.
Chivilcoy en ese momento estaba en un momento de quiebre profundo con un modelo político anclado en el Proyecto Nacional y Popular y yo no terminaba de entender las razones hasta que con mi cuerpo pude vivenciar experiencias de verdadero aprendizaje.
No dudé un instante en integrar un interbloque con el FPV y el PJ, con tal de defender el proyecto nacional y popular en el que siempre creí y voy a creer, pero allí descubrí las miserias de una construcción política destinada a morir por sus infames prácticas sectarias, autoritarias, corporativas y corruptas.
Lo lamenté cuando en 2017, no tuve la oportunidad de continuar mi acción legislativa renovando a través de Unidad Ciudadana Chivilcoy una banca en el HCD.
La Cámpora ya había desembarcado de la mano de Pablo Zurro, el intendente de Pehuajó, especializado en armarle la lista a todos los distritos a su cargo para que sistemáticamente pierdan elección tras elección.
Yo advertía la distancia política inmensa entre la conducción de Cristina Kirchner y el hacer problemático de La Cámpora en la Provincia de Buenos Aires.
Mi esperanza en participar de la tarea de convertir al Movimiento Alfonsinista en un partido murió al cabo de pocos meses, cuando no sin dolor debí aceptar que para Leopoldo Moreau no era una prioridad y para sus militantes tampoco, entonces mi feminismo y mi radicalismo yrigoyenista comenzó a buscar un espacio político desde donde participar realmente en una construcción plural, popular, fuertemente democrática y anclada en el proyecto Histórico Nacional y Latinoamericanista que dio la UCR de Yrigoyen y luego sostuvo el Justicialismo.
Así FORJA, que ya era partido, fue un lugar dónde llevé mis sueños para hacer cosas por Chivilcoy.
Pensé, que por integrar el Frente de Todos Chivilcoy, FORJA sería respetado como espacio político, sin embargo aquella vieja experiencia con el FPV, el PJ y La Cámpora de 2017 se volvió a reeditar a pesar de haber llevado adelante la construcción del Frente Territorial Cristina Conducción con muchas otras fuerzas políticas locales que a la postre corrieron el destino del destierro político en la construcción liderada por Constanza Alonso.
Mientras todo esto ocurría fui conociendo más y mejor al promedio de los chivilcoyanos y debo decir que tuve que aprender a escuchar para entender.
Tuve que aceptar que sabían por experiencia propia muchas cosas que a mí me parecían mentira.
Tuve que aceptar que la gente de mi ciudad estaba harta de la corrupción, de la manipulación y de la arrogancia política que el FPV, junto al PJ y al final con La Cámpora Chivilcoy, la habían gobernado por años.
Tuve que entender cuánto asco les daba el enriquecimiento inexplicable de muchos dirigentes y que las vidas que llevaban los alejara del ideal que un/a trabajador/a promedio esperaba de ellos.
Fue doloroso.
Muchas de esas personas eran también en las que yo hubiera querido creer… y no pude.
Del otro lado, el Intendente Britos comenzó su gestión con prácticas políticas que abierta y públicamente cuestioné por autoritarias.
Me molestaba profundamente su alineación con el gobierno provincial de Cambiemos aun cuando podía sopesar las necesidades naturales de negociación en beneficio de los intereses de administración de la cosa pública en la ciudad.
Con el tiempo empecé a notar que la gente prefería a alguien así, que podía resignarse a un perfil de poca impronta democrática con tal de alcanzar cierto grado de pragmatismo en las solicitudes cotidianas y, si bien para mí no era lo ideal, me obligó a ponerme en los zapatos de los que hoy componen en 48% de los votos en mi ciudad.
Así fue que después de las PASO dónde junto a mi lista no pude participar como precandidata, me di cuenta de que Chivilcoy tenía en su mente una construcción política que las dirigencias de distintos tintes no habían sabido alcanzar.
La mezquindad por los cargos, las prácticas políticas de neto orden feudal con armadores externos a las realidades locales produjeron ofertas electorales divorciadas del ideario de la mayoría de la gente.
Al mismo tiempo veía un Britos más hábil políticamente, menos reactivo, territorialmente muy presente y muy audaz en el modo de administrar los recursos destinados a las obras públicas sin quedar entrampado en el armado político de Juntos por el Cambio.
Estaba claro: la gente prefería ese grado de comunicación certera y efectiva que había logrado con un intendente áspero pero eficiente, había logrado entender también las limitaciones económicas que la coyuntura Nacional y Provincial le ponían a la gestión de Britos y valoraba la habilidad del uso del poder estatal que tenía y aún tendrá para dar respuesta a los sectores y los problemas que la gente asume que de él dependen.
Al mismo tiempo Chivilcoy volvió a refrendar a nivel nacional y provincial que el Proyecto Nacional Popular Feminista y Democrático es en el que se inscribe mayoritariamente, pero abortó para siempre a agentes extraños como La Cámpora Chivilcoy, tal cual el sistema inmunológico de un organismo elimina una bacteria dejando a 9,3% de distancia a la candidata Alonso de la fórmula Fernández-Fernández.
Chivilcoy así expresó en las urnas una síntesis de valores:
• Arraigo local.
• Transparencia.
• Iniciativa.
• Orden (más allá de lo a cada uno de nosotros esto represente o guste).
• Modelo Popular.
• Acercamiento territorial.
• Agilidad en la respuesta.
• Honestidad ante la imposibilidad de dar soluciones.
• Y una clara cintura política para atender la construcción de lealtades con todas las fuerzas vivas de la comunidad a la hora de generar poder.
A Chivilcoy le importan al menos estas cosas entre muchas otras que seguramente no soy capaz de darme cuenta y escribir en esta lista ahora.
Y a quienes hacemos política nos cabe la obligación de interpretar para entender y para intervenir la realidad con políticas públicas que señalen un norte ético de superación moral, cívica, material, pero sobre todo humana.
Para mí, Chivilcoy nos dijo que tipo de política quiere, y cuál no va a aceptar nunca más.
Como dice un compañero a los chivilcoyanos no nos llevan a patadas ni al Paraíso y eso acaba de manifestarse con contundencia este 27 de octubre en las urnas, en el histórico alejamiento del PJ local de la gente y en las lágrimas de una candidata a Intendenta sofocada por la machocracia que le impuso un rol sin importar el tiempo de madurez política que ella necesitaba para poder abordarlo.
Sería deseable además de políticamente responsable, que esta construcción entre los niveles Local, Provincial y Nacional que ha expresado nuestra ciudadanía se materialice en una alternativa tangible que permita a la gente un lugar dónde afianzar su participación política y desde allí dar nuevas opciones para próximas contiendas electorales.
Así ningún patrón de estancia zonal se vuelve a atrever a decidir por nosotros.
Chivilcoy, hoy no sólo te entiendo, te felicito.
María Laura Razzari, Concejala mandato cumplido
FORJA Chivilcoy
Frente de Todos Chivilcoy