El próximo jueves 24 de marzo se cumple un nuevo aniversario del golpe de estado de 1976 que dio inicio a la última dictadura cívico militar pro imperialista, una horrorosa noche que se extendió a lo largo de siete años y que padecimos el conjunto de los sectores populares argentinos.
Una dictadura que se valió del terrorismo de Estado como instrumento para “disciplinar” a la sociedad, cometiendo aberraciones de todo tipo, secuestrando, asesinando, torturando, etc., para imponer el plan que se autodenominó Proceso de reorganización nacional. Lo que realmente reorganizaron, fue la estructura económica y la distribución del ingreso en nuestro país, imponiendo programas neoliberales que, una vez más, beneficiaron a los sectores de mayor capacidad económica locales e internacionales.
Una verdadera alianza de sectores del capital multinacional industrial y financiero, con los sectores terratenientes y de grandes industriales locales. Para ello utilizaron a las fuerzas de seguridad del Estado para someter a los sectores populares, quienes mediante luchas a lo largo de décadas habían conseguido numerosas conquistas e iban por más. En ese contexto había un sinnúmero de compañeros y referentes de los trabajadores, la juventud, y el campo popular que planteaban una alternativa SOCIALISTA, cambios estructurales para terminar con la opresión del capital.
La dictadura cívico militar fue posible por el apoyo, el diseño y la participación del Departamento de Estado de EEUU, quienes mediante la llamada Doctrina de la seguridad Nacional, diseñaron, entrenaron, financiaron en la Escuela de las Américas con sede en Panamá a los militares de todo América del sur para promover golpes de Estado.
Al cumplirse 40 años del golpe, y después de 33 años del retorno a la democracia parlamentaria volvemos al punto de partida. Nos encontramos en la coyuntura de un gobierno esta vez elegido en las urnas, que promueve nuevamente el neoliberalismo, el sometimiento al imperialismo yanqui e impulsa un importante retroceso en políticas de memoria, verdad y justicia, con la elaboración del protocolo anti piquete, y otras fórmulas que apuntan a la represión y la censura del pueblo en lucha.
Nos llena rabia e indignación, ver la casa de gobierno, así como el emblemático Parque de la Memoria, cubiertos de banderas yanquis, banderas que representan el interés del imperialismo y que nuestros compañeros combatieron.
En este marco, en nuestra ciudad de Chivilcoy, la Agrupación Política Brote en conjunto con la Juventud Guevarista llevamos adelante una vez más, como desde hace diez años, el acto de repudio al golpe de estado de 1976, esta vez atravesado por la visita de Barak Hussein Obama, presidente de EEUU y representante del imperialismo que viene a felicitar las políticas obsecuentes de Mauricio Macri.
Es de lamentar que pase un año más sin que se pueda concretar un acto único en tan importante fecha, con la urgencia por la unidad en la lucha en esta coyuntura. Sin querer esquivar responsabilidades, y en respuesta a la preocupación y el sentir de un importante número de ciudadanos por la no realización de un acto amplio en unidad, desde las agrupaciones convocantes al acto en Plaza Principal, dejamos constancia que trabajamos hasta último momento en este sentido, pero no obtuvimos respuesta de ningún tipo por parte de las agrupaciones que promueven otra concentración.
Nuevamente se prioriza la construcción de un armado político-partidario a la tan necesaria unidad en la lucha para reivindicar a los 30.000 compañeras y compañeros, enfrentar al imperialismo, a sus agentes locales y a las políticas antipopulares.
Porque no bajamos las banderas, porque entendemos que la única salida para resolver los problemas más urgentes de la clase trabajadora y el conjunto del pueblo, hoy como ayer, sigue siendo el socialismo. Los esperamos este jueves 24 de marzo en la Plaza Principal de Chivilcoy -a partir de las 18 hs- a compartir, un año más, una nueva jornada de lucha.
Tenemos Memoria. Sabemos la Verdad. Hagamos Justicia. Marzo de 2016.
Agrupación Política Brote
Juventud Guevarista.