La resolución se publicó el pasado lunes 6 en el Boletín Oficial; el medicamento cuesta unos 40.000 pesos por mes; fue incluido en el Programa Médico Obligatorio.
Fue una batalla que empezó durante la pandemia, cuando comenzaron a ver que sus hijos, aunque eran pequeños todavía, de repente tenían cuerpo y actitudes adolescentes.
Pubertad precoz fue el diagnóstico médico y, a partir de allí, descubrieron que el tratamiento era tan costoso que quedaba fuera del alcance para la mayoría de las familias. Por eso, estos 900 padres decidieron iniciar una lucha que parecía desigual, pero que finalmente pudieron ganar. Después de mover cielo y tierra, presentar medidas judiciales y reunirse con legisladores y autoridades lo consiguieron: el Ministerio de Salud de la Nación incorporó al Programa Médico Obligatorio el tratamiento que requieren sus hijos, tal como se publicó el pasado lunes 6 en el Boletín Oficial.
Al entrar en vigor la medida, las obras sociales y prepagas, además del sistema público de salud, estarán obligados a brindar una cobertura del 100% de los tratamientos.
La pubertad precoz no es una enfermedad ni una patología. Es una condición que hace que algunos chicos desarrollen los caracteres sexuales secundarios de manera anticipada. Si el promedio para los niños argentinos es que ese proceso se inicie en torno a los nueve años y conduzca al desarrollo sexual dos años después, quienes presentan esta condición lo experimentan antes de los ocho. Algunos, desde los seis empiezan con cambios corporales, como vello corporal, sudoración, desarrollo mamario y testicular, entre otras características. Además, al estar atravesando un cambio hormonal empiezan a experimentar cambios de carácter típicos de la adolescencia, a una edad muy temprana. Modifican hasta sus temas de interés y juegos.
Un tiempo después, van a atravesar un estirón previo al desarrollo sexual y entonces dejarán de crecer. No solo su talla final se verá afectada, sino que también los huesos y los dientes evolucionarán como los de una persona mayor, a temprana edad.
Para evitar que esto se produzca, los endocrinólogos les indican un tratamiento hormonal que permite un paréntesis de tiempo desde la aparición de los primeros síntomas hasta el momento del desarrollo. De esta forma, se logra frenar ese proceso de pubertad que se inició anticipadamente.
El problema es que el tratamiento es muy costoso, es importado (por ende, tiene costo en dólares) y demanda un gasto mensual de unos 40.000 pesos.