El abogado y escritor local, Horacio Vero, nos hace llegar estos versos dedicados a destacar el duro trabajo de los albañiles.
El albañil
Uno a uno va uniendo los ladrillos
mezclando su sudor con la cuchara,
la tarde va cayendo lentamente
y el cansancio se dibuja en su mirada.
Con el canto del zorzal sobre la rama,
a esa hora ha iniciado su jornada,
y apelando a la paciencia de la hormiga
viene y va con los baldes y la pala.
Tan solo por sentirse acompañado,
a veces silba, a veces canta.
Escucha las noticias de la radio
y entre mates acorta la mañana.
El frío traspasa su uniforme,
el calor le duele hasta en el alma,
pero sigue sin desmayo su rutina
de niveles, andamios y plomadas.
Albañil, que Dios bendiga
tu entrega y tu lucha cotidiana,
tu hermoso destino de hacedor
de paredes, de edificios y de casas,
tus manos bañadas en cemento,
el estruendo de picos y de mazas,
y el pan de cada día que te ganas
mezclando tu sudor con la cuchara.
Horacio Alberto Vero