OPINIÓN
Desde hace algunos años se ha ido generando un cuestionamiento, ligado muchas veces a temores o resistencias, acerca de la supervivencia del libro. En este sentido, muchos autores han expresado sus teorías sobre el asunto.
Umberto Eco, por ejemplo, afirma que no habrá fin del libro. Es decir, que ninguna innovación de la tecnología reemplazará a las alternativas vigentes. Otros autores también comparten esta opinión, y consideran que aquello que sí podría cambiar es el tipo de lectura que se produce según el soporte.
Otras posturas, como la de Jesús Babero, se asientan sobre la noción de un “descentramiento cultural”; esto significa que el saber en los últimos siglos ha perdido su eje fundamental: el libro. Este descentramiento impulsado, por ejemplo, por el texto electrónico no implicaría el desplazamiento del libro, sino un cambio en los modos de aprender marcados tradicionalmente por la linealidad y la secuencialidad.
En este punto, me permito remitirme a una frase sobre la que insistía hace varios años mi profesora de Tecnología Educativa: “No hay que hablar del futuro del libro; hay que hablar del libro del futuro”, decía. Frase que en su momento me parecía bastante ingenua; pero analizándola hoy desde otra perspectiva, me pregunto: ¿Cuál es ese libro del futuro? ¿Es el e-book? ¿Es un solo libro o son varios libros en distintos formatos?
Es preciso destacar que, en los distintos niveles del sistema educativo, se observa cada vez más una coexistencia entre materiales impresos y digitales, entre libros escolares en formato papel y libros electrónicos. Esto da cuenta del diálogo entre la escuela y los cambios producidos a nivel social, tecnológico, cultural.
No obstante, a pesar de esa coexistencia, conviene no negar que los textos electrónicos cambian los modos de producir y reproducir textos, los soportes, las prácticas de la lectura y la escritura. Tal vez el desafío sea pensar en cómo enseñar la lectura en distintos formatos de texto. En síntesis, se trata de un tema sobre el que existen distintos planteos y miradas; lo importante es no ser ajeno a estas discusiones que movilizan el mundo educativo.
Martina Valentini
Lic. en Ciencias de la Educación
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