POLÍTICA
[Opinión] Las dos ciudades

No es novedad que desde hace un tiempo algunos medios locales se alejaron completamente del principio de objetividad que debe guiar su práctica, optando por un ataque sostenido al actual gobierno municipal.

El ensañamiento de este ataque sobrepaso todos los límites, si por primera vez en la historia de la localidad de Ramón Biaus el Intendente toma la decisión de estabilizar el camino de acceso, garantizando la circulación independientemente de las lluvias, la mañana después de que cayeran 120 mm titulan que los vecinos se encuentran aislados.

Si el Intendente es pionero en realizar el recambio de luminarias de la ciudad a tecnología LED, mejorando la iluminación, generando un ahorro de energía y favoreciendo la seguridad, la noticia es que hay focos que se queman, sí, como también se quemaban los anteriores.

Cuando se tomó la decisión de consolidar con piedras las calles de tierra de la ciudad, decisión que modificó notablemente la calidad de vida de los vecinos, permitiéndoles entrar y salir de sus casas incluso luego de copiosas lluvias como las del día viernes, la foto es un charco en una esquina.

Cuando el Honorable Concejo Deliberante de Chivilcoy tiene la composición más heterogénea de su historia, y el oficialismo cuenta con solo seis concejales de dieciocho, resulta que el ejecutivo mantiene un control discrecional del poder legislativo y es responsable de una supuesta falta de productividad política.

Solo por mencionar algunos ejemplos de los tantos inventos mediáticos que a diario de publican.

Este mecanismo sostenido, mediante el cual la realidad es tergiversada con el claro objetivo de perjudicar la gestión municipal, tiene el gravísimo efecto, en espejo, de dañar profundamente la credibilidad de los vecinos en los medios de comunicación, tan necesarios en toda comunidad.

Así las cosas, en acertadas palabras del Intendente Municipal, estamos en presencia de “Dos Ciudades”, la real, la que habitamos día a día y es orgullo en la región en materia de servicios, seguridad, salud, educación y transparencia; y aquella otra inventada, que pretenden imponernos mediante el mal uso de los medios de comunicación. Afortunadamente, como decían nuestros abuelos, las mentiras tienen patas cortas, y no existen relatos que puedan cambiar la realidad de los chivilcoyanos.

Apelar a que quienes se embarcaron en este sistemático ataque modifiquen ahora su accionar en pos del bien común es demasiado optimista, por eso es importante revelar este método, contar como operan, dar a conocer los nombres detrás de las notas y que al menos se responsabilicen por el papel que han decidido jugar en la historia de nuestra ciudad.

Ezequiel Pinotti