Año tras año los 25 de mayo conmemoramos el día de la Patria. En la tan conocida “semana de Mayo” de 1810 un puñado de hombres y mujeres se concentraron frente a el Cabildo de Buenos Aires con cintas celestes y blancas enganchadas en su pecho para exigir la destitución del virrey de España y constituir una Junta de Gobierno. Nacía de esta manera una revolución que dio los primeros pasos en busca de una soberanía nacional.
¿Porque este año dejaron nuestros gobernantes que se ocupara ese espacio tan emblemático para todos los argentinos en esta fecha y se modificaran los festejos tradicionales, para en cambio celebrar los 20 años de la asunción de Néstor Kirchner como presidente?
Creo que la idea principal es opacar el patriotismo.
En todos los rincones de nuestro querido país se festejó el 213° aniversario de aquella revolución, en actos oficiales con miles de banderas Argentinas empuñadas por alumnos destacados, otras por los representantes de todas las instituciones de cada comunidad como bomberos y fuerzas de seguridad, otras por el director o referente de alguna entidad y muchas en manos de vecinos y colgadas de postes, ventanas y balcones; se dieron discursos alegóricos proclamados por algún intendente, por un gobernador, por algún docente o por un joven alumno; seguro escuchamos también la reflexión y la bendición de algún sacerdote en el famoso Tedeum. Una prenda común e infaltable en todos y cada uno de los partícipes de dichas reuniones fue la escarapela, ese símbolo que llevamos bien cerca del corazón y nos recuerda que en aquella revolución fue un distintivo de orgullo, gloria y patria. Y nuestro infaltable Himno Nacional, ese que entonamos a viva voz y nos infla el pecho de Patriotismo.
En cambio, este año en la Plaza de Mayo, el punto neurálgico de aquella revolución, no vimos ningún abanderado frente al Cabildo. Si contemplamos a un grupo de personas que representan a una facción de seguidores de una líder política adueñarse de ese espacio, con un escenario gigante montado dándole la espalda a ese Cabildo y tapando con pantallas gigantes, quizás adrede, la casa de Gobierno para la vista de los estaban en la plaza, como para que no se acuerden que quien es hoy Presidente, que no estaba invitado al festejo aunque es de su mismo partido y que fue puesto ahí por su líder la única oradora, como escondiendo al que se mandó todas las macanas y no haciéndose cargo del horror.
Lo más llamativo es que muchos de los que estaban en ese escenario no tenían puesta una escarapela, ni el hijo que es Diputado Nacional, ni el nieto de la vicepresidente tenían una escarapela en su pecho, tampoco nuestro querido Gobernador de PBA. Pero claro. ¿Cómo no darme cuenta? Lo cierto es que no importaba la fecha Patria, festejaban los 20 años de Néstor presidente, ¡un Prócer! Más destacado que Saavedra, Moreno o Paso, más trascendental que Belgrano, Alberti, Castelli o cualquier otro de aquellos que en 1810 formaron la Primera Junta de Gobierno. Festejaron 20 años… no sé de qué.
Por suerte muchos festejamos el 25 de mayo. ¡¡¡VIVA LA PATRIA!!!
Eduardo Dadario