En La delicada situación que atraviesa hoy la Argentina nos impone más que nunca el desafío de revindicar la política y las instituciones.
No podemos permitir el accionar que se vio en los últimos días de ciertos funcionarios, un ministro de economía que diga “Ahora empiezo a sarasear” no sabiendo que el micrófono está abierto. Ayer el Diputado Nacional Ameri, justificando que no sabía que tenía conexión a internet, besa el seno de su pareja, durante un zoom.
Cuando se es funcionario, cuando el pueblo lo eligió para que lo represente, se cumple ese roll desde que se “sale de la casa” como ha manifestado Emilio Monzó en las últimas charlas por zoom, deben ser los políticos los primeros que deben respetar la instituciones y no pueden excusarse en que no sabían si su micrófono estaba prendido o si tenían conexión a internet, menos todavía durante el cumplimento de sus funciones.
Entre todos debemos asumir un compromiso por el país, debemos concebir al estado desde una filosofía institucional, respetando nuestra Constitución Nacional, y como reza nuestro preámbulo con el objetivo de constituir la Unidad Nacional, debemos velar por ello.
Como se ha manifestado Monzó “Debemos tener la sensibilidad y el talento necesarios para leer la voluntad ciudadana con humildad y sin rigideces. Es una obligación que nos cabe a todos los que tenemos responsabilidades políticas e institucionales. Debemos mirar por encima de la grieta, tender puentes y actuar con prudencia y equilibrio. Se trata, en definitiva, de hacernos cargo. Lo contrario implicaría someter a la Argentina a más tensiones y desencuentros. Eso lleva, inexorablemente, a una zona de oscuridad e incertidumbre que genera mayor sufrimiento”.
Ojalá entendamos que está en juego el destino no de unos o de otros, sino del conjunto de los que habitamos esta nación. Actuemos con responsabilidad y sin ventajismo. Pongamos todos el hombro. Pensemos juntos en la Argentina. Pensémosla con coraje, con generosidad y con visión de largo plazo. Pensémosla con la humildad que nos exige la ciudadanía.