“…hay una historia que no está en la historia y que sólo se puede rescatar escuchando el susurro de las mujeres…” Proyecto Cía. Danza Chivilcoy
Cuán ritual de féminas, el espacio Cronopios se convierte en testigo del vibrar de energías que representa MOKSHA, experiencia vivencial dirigida por Nerina Jaltar e interpretada (sí interpretada no actuada, y es porque sale de las entrañas) por Tere Rodríguez, Sari Rodríguez, Rosina Vetrano, Rocío Aronna, Mica Breda, Josefina Cogo, Victoria Jaltar y la propia Nerina Jaltar.
En lengua sánscrita, Moksha: liberación espiritual. En el lenguaje corporal propuesto por Jaltar y la cofradía de mujeres danzantes, Moksha: médium que aceita los engranajes de un ritual libertario y silencioso que oxigena cada centímetro del desprevenido espectador.
Contrapuntos y buena tensión escénica acompasan a buen tempo musical, la puesta de estas jóvenes mujeres. Palpables. Presentes. Diciendo a borbotones con el cuerpo tantísimas palabras no dichas, de esas que se te meten abruptamente sin pedir permisos.
Sello inconfundible el de la directora, el de la libertad y fusión de recursos artísticos para hacer del Arte, una caldera donde se cuecen, y se templan porqué no, artistas en su estado puro, con una dignidad serena que destila conexión absoluta con lo que trasmiten.
Interesante el pensar la solidez y convicción de todo el trabajo previo realizado. Da la sensación que las anónimas almas espectadoras son testigos invisibles del momento de comunión femenina que se desarrolla en el escenario, en el piso, la tierra, el Universo todo. Desconozco el argumento conceptual de las artistas, y está bueno que así sea en estos casos. Estas mujeres interpretan por todos sus poros, gestos y movimientos: libertad.
Impregnarse Moksha es un valor agregado precioso. Apreciar los movimientos, sentir los silencios, imaginar el roce de las telas de sus vestidos. Acostumbrar la vista a la penumbra de las tonalidades rojizas. Pies, piernas, manos, muslos, vientres, bocas, brazos. Aromas. Círculos. Ciclos.
Acertadamente se denomina experiencia vivencial, en esta nueva puesta del espacio de Arte Cronopios, la vara de tan simple es alta. Despojar de todo peso, depurando los sentidos para simplemente conectarse con las fibras más íntimas, no sólo es un desafío artístico para las intérpretes, sino evidencia de una labor colectiva artística valiosísima que bien vale la pena acompañar.
Privilegio para quienes ya vivieron la experiencia, oportunidad para quienes aún no lo hicieron, funciones este jueves 15 y viernes 16 de diciembre a las 21,30hs . Reservas al 2346-48-29-80 .
Por Valeria Trongé