El médico chivilcoyano, Ricardo N. Valentini, Jefe del Departamento de Medicina del Centro de Educación Médica e Investigaciones Clínicas “Norberto Quirno”, explicó los trabajos realizados en el país con la fiebre hemorrágica en la década del 70, ahora denominado ‘Protocolo de Uso de plasma convaleciente para tratamiento del Covid-19’.
El COVID-19 está haciendo estragos en el mundo entero. Hoy por hoy debemos enfrentarlo con medidas de aislamiento social, e higiene personal pese a los ingentes esfuerzos médicos, académicos y científicos para desarrollar una vacuna efectiva.
Sin embargo, frente a la oscuridad del COVID-19, se vislumbra una luz que se llama plasma convaleciente y que se está desarrollando en la Argentina. En esa línea de trabajo un grupo de prestigiosos médicos argentinos hace más de 20 días, se encuentra trabajando contrarreloj en un «Protocolo de Uso de plasma convaleciente para tratamiento del Covid-19». Trabajan sobre la dosificación, indicaciones de uso, la seguridad y la eficacia del plasma convaleciente como artillero en la lucha contra el COVID-19. La inmunidad pasiva por provisión de plasma convaleciente de pacientes recuperados de COVID-19 puede combatir la infección.
En la Argentina este método se aplicó por el CEMIC, en la década del ‘70, en la epidemia de la fiebre hemorrágica, y ahora en Estados Unidos y China con resultados exitosos.
El médico chivilcoyano, Ricardo Néstor Valentini, es el Jefe del Departamento de Medicina del Centro de Educación Médica e Investigaciones Clínicas “Norberto Quirno” (CEMIC), Asociación Civil sin fines de lucro, Entidad de Bien Público y Universitaria.
Este facultativo que realizó la educación primaria en la Escuela Normal y fue promoción 1976 del Colegio Nacional, para luego recibirse de médico en la UBA, ayer explicó, en una entrevista de la TV Pública: “Si uno tiene un paciente, que estuvo infectado por una enfermedad infecciosa, puede obtener en ese plasma, inmunoglobulinas que producen, potencialmente, defensas para otro paciente que no tenga infección. Por eso se llama plasma del paciente convaleciente, que quiere decir, paciente curado de la enfermedad”.
“Es sabido que hay distintas líneas de tratamiento, pero ninguna de estas líneas está convenientemente validada. La medicina requiere de estudios muy complejos, no obstante, algunas evidencias hacen que, en ciertos tratamientos les estemos ofreciendo servicios a los pacientes, como antivirales. Se habla de varios tratamientos y este del plasma del convaleciente, es otra línea más que podemos poner a disposición para tratar al infectado”.
Valentini amplió: “Asignación de pacientes. Eso quiere decir que uno puede -a los pacientes moderados o graves-, darles el tratamiento sin esperar, caso por caso, la autorización regulatoria. Eso no ocurrió todavía, pero me informaron que puede pasar en estas horas, expandiéndose en los Estados Unidos. Sería la utilización del plasma del convaleciente”.
“Por lo pronto, nosotros en CEMIC, lo que vamos a comenzar a hacer, es un tratamiento que se llama investigación de factibilidad. Lo que primero debemos conseguir es personas curadas de la enfermedad y que manifiesten su voluntad de donación, ese es un paso fundamental. Porque si yo logro un pool de plasma, es muy probable que logre optimizar la concentración de anticuerpos en la muestra.
Y la otra situación es que tenemos que testear que el paciente tolere la infusión de plasma, mirar sus datos clínicos en forma rigurosa, mirar su evolución clínica, ver que no aparezcan efectos adversos y eso requiere la inclusión de un pequeño número de pacientes que nos hará conocer, inicialmente, algún grado de factibilidad de la infusión del plasma”.
¿De qué se trata?
“Este tratamiento, no es nuevo, muy por el contrario, es un método ampliamente probado y que ha dado excelentes resultados en la lucha contra enfermedades infectocontagiosas. En el siglo pasado, cuando surgían las epidemias -y no había vacunas, ni drogas, en un punto similar a la situación actual con esta pandemia- los médicos tomaban sangre de un paciente y la usaban para tratar a otros enfermos.
La idea que da fuerza convoca y reúne a este equipo consiste en la implementación en Argentina del método terapéutico comprobado: utilizar el plasma de una persona que tuvo COVID-19 y que ya se encuentra sana. Con su consentimiento, se le extrae 400/500 ml sangre con el fin de obtener el plasma conjuntamente con los anticuerpos que desarrolló contra la enfermedad, para utilizarlo en pacientes internados.
De este modo con una simple transfusión la persona hospitalizada puede recuperarse en menos tiempo y en algunos casos, salvarse de la muerte. En esta dirección, casi un centenar de hospitales y clínicas en los Estados Unidos de América se encuentran realizando los primeros ensayos y protocolos. [Fuente: La Razón de Chivilcoy]
Felicitaciones y fuerza Dr.
¡como siempre un brillante!
Felicitaciones Dr.!