Los deportes mentales no ocupan tantas portadas ni noticias como las disciplinas físicas, como el fútbol o el baloncesto, pero tienen detrás una repercusión que pocos se imaginarían. Estos engloban las prácticas de competición y se rigen bajo reglas en las que el músculo principal que se debe poner a prueba es el cerebro. Así pues, son aquellas disciplinas donde el intelecto vale más que el físico y cuentan con todos los elementos competitivos: entrenamientos, competiciones, campeonatos y rivalidades. No son pocas las personas que los practican a nivel amateur.
Se calcula que, en todo el mundo, son miles de millones las personas que juegan de manera activa a alguna de estas actividades mentales como afición. De los deportes más conocidos, cabe destacar el ajedrez, considerada la joya de la corona y la que más adeptos presenta. También son de especial mención otras prácticas, quizás menos conocidas por el gran público, pero sí con muy buena acogida en algunos segmentos de la población, como el póker, el bridge, el blackjack, el go, el mahjong o el backgammon. Todos suenan, ¿verdad?
Migración a internet
Desde hace ya aproximadamente dos décadas, no es necesario el desplazamiento físico para poder disputar una partida de las disciplinas ya comentadas. Con la consolidación de Internet en los hogares y la aparición de dispositivos como el ordenador portátil y el teléfono móvil, todo pasa por la red y estas actividades, por muy tradicionales que fueran en su día, se han sumado a la moda. De esta manera, se puede afirmar que viven una segunda juventud, reimpulsando su interés y ofreciendo más alternativas a sus seguidores.
Y es que la posibilidad con la que cuentan los aficionados de estas disciplinas de disponer de partidas y campeonatos de una manera fácil y rápida en la actualidad es del todo destacable. Solo se debe visitar alguno de los portales que se presentan con la posibilidad de realizar partidas con dinero real a través de depósitos y reintegros y poder navegar en los juegos más populares del momento, como son el blackjack o el amplio catálogo de títulos en tragamonedas, dos de las actividades más demandadas en el campo virtual y que son ejemplo de cómo una práctica con larga tradición a sus espaldas se ha adaptado a las pantallas.
Otro aspecto por el cual los deportes mentales son una buena demostración de la migración a Internet es por cómo han conseguido adaptar su contenido y sus prácticas físicas a los diferentes requisitos de las pantallas. Ya sea que se conecte el jugador a través del móvil, tableta u ordenador, la partida se puede desarrollar sin ningún tipo de problema. Además, existe una constante mejora en cuanto a jugabilidad y presentación estética de la actividad, no limitándose a las primeras adaptaciones que se hicieron para este tipo de dispositivos.
Una experiencia más completa
Uno de los elementos clave de estos juegos mentales siempre ha sido el componente social que les acompaña. Lejos de lo que muchos podrían pensar, es uno de los aspectos que más tratan de mejorar las plataformas para que se asemejen al mundo físico, y podemos encontrar varias vías distintas de reducir ese espacio inevitable que generan las pantallas con los otros usuarios. Ejemplo de ello son los chats en medio de una partida para comentar la jugada o la conexión vía streaming para observar en vivo en formato vídeo aquello que está ocurriendo.
Pero las experiencias que proponen siempre guardan cierta vinculación con la vanguardia tecnológica y, además, ponen al jugador en el centro del debate. Esto se puede observar en cómo los portales especializados presentan informaciones de todo tipo y detalles técnicos para que los jugadores aprendan y mejoren sus habilidades, o cómo se van integrando en pequeñas dosis avances tecnológicos con el objetivo de mejorar la experiencia y hacerla todavía más integradora. Esto último se puede observar en el trabajo hecho con la realidad virtual y las primeras demostraciones en el metaverso.