En la Argentina, el 65% de las personas tiene dificultades para encontrar su talla de ropa. ¿Cuáles son los efectos de este número y qué se está haciendo para cambiarlo?
Días atrás el Honorable Concejo Deliberante local se adhirió a la Ley de Talles, la cual fue sancionada en el año 2019, pero aún no se cumple. ¿Qué propone esta Ley? ¿Por qué no se cumple?
En Argentina no hay un sistema unificado de talles. Esto quiere decir que no existe, por lo pronto, un esquema que posibilite prever la talla personal y guiarse únicamente por esta y, como consecuencia, queda excluido del acceso a gran parte de las prendas el 65% de los argentinos, quienes no encajan en los estándares normativos con los que se rige la industria textil, donde existe una suerte de ley de la selva que le permite a cada marca establecer sus propias referencias de medidas, sin correspondencia con el patrón antropométrico.
Este es el problema que se propone resolver la Ley N°27.521, conocida como Ley de Talles. Fue sancionada en noviembre de 2019 y establece la creación de un Sistema Único Normalizado de Identificación de Talles de Indumentaria (Suniti), «correspondiente a medidas corporales estandarizadas con destino a la fabricación, confección, comercialización o importación de indumentaria destinada a la población a partir de los 12 años».
La normativa compromete, entonces, a «todo comerciante, fabricante o importador de indumentaria» a identificar cada prenda según el sistema único establecido a través de un estudio antropométrico, es decir, una «investigación que permite relevar las medidas y proporciones de los ciudadanos», el cual debe ser aprobado por su autoridad de aplicación, en este caso, la Secretaría de Comercio Interior, dependiente del Ministerio de Desarrollo Productivo.
Sin embargo, aunque la ley promulgada establece que «el primer estudio antropométrico debe estar finalizado dentro del período de un año de sancionada la presente ley», al 20 de noviembre del 2020 -un año luego de la sanción de la norma- no existía reglamentación.
Recién fue publicada en el Boletín Oficial a principios de junio de 2021, cuando efectivamente comenzó el estudio que considerará cuerpos de todo tipo para definir un índice de talles más inclusivo.
El relevamiento, que utiliza tecnología 3D, ya analizó la contextura de unos 10.000 voluntarios y se espera llegar, al menos, a los 15.000 para establecer una muestra representativa de la población argentina. Hasta el momento, ya hay un 60% de la muestra nacional, y la última etapa comenzó a fines de julio.
Según la encuesta de talles realizada durante 2020 por la ONG Anybody Argentina entre 8025 encuestados, un 65% manifestó tener problemas para encontrar talle frecuentemente. Y más del 80% afirmó encontrar siempre o con frecuencia prendas que querrían comprar solo en «talle único».
Sin embargo, la respuesta más preocupante da cuenta de que «el sentimiento más recurrente entre las personas con dificultades para encontrar talles es la tristeza porque sus cuerpos no encajan en la ropa deseada (44,7%) y el cuestionamiento del propio cuerpo (46,9%).
Según los especialistas en salud mental, un sistema de talles acorde a los cuerpos reales y respetuosos de su diversidad es clave para que ‘entrar’ en un jean no sea una utopía en pos de la cual las personas, especialmente en la adolescencia, vean afectada su autoestima e incluso su bienestar físico.
La existencia de talles, números y medidas irreales para más de una tipología de cuerpo llevan a distorsiones individuales: el 62,7% de los encuestados por Anybody afirmó que su «talle ideal» es uno (14,99%), dos (22,72%) o más de dos (24,96%) menos del que tenían al momento de contestar la encuesta.
Es así como una Ley de Talles que tenga en consideración cuerpos de niños, jóvenes, adultos y ancianos, hombres y mujeres de todo el país para la elaboración de un índice de medidas de ropa acorde a la realidad es un gran paso hacia la deconstrucción de la idea del «cuerpo perfecto» y en pos del cuidado de la salud mental de los grupos etarios más vulnerables por ser permeables a la influencia de medios, redes sociales y sus propios pares.