Así lo expresaron en un comunicado, en el que dijeron que: «No existieron políticas ni estrategias de contención para el personal de salud como tampoco de comunicación política institucional con los servicios privados que sea clara y uniforme».
La crisis económica y la falta de previsibilidad política, afectó y continúa afectando la organización de los servicios de salud en nuestra ciudad. Especialmente, tuvo consecuencias negativas en los equipos de salud y también en las condiciones laborales para con los trabajadores, especialmente deteriorando sus ingresos.
La dimensión que hoy se percibe como inadecuada, fue la magra asignación de recursos para el personal afectado que devino en el retiro de los mismos de las instituciones, hacia la actividad privada.
El servicio de salud local y la política a aplicarse, debe entenderse como un todo» por el cual se disponga en todo momento, de equipos de profesionales que atiendan la demanda de los vecinos de Chivilcoy y que comprendan tanto el servicio público como el servicio privado. No entenderlo como una de las principales preocupaciones políticos, nos lleva a la situación actual que no sólo presenta un déficit la atención sino peor, que se carece de médicos de guardia para que atiendan primariamente a nuestra población.
No existieron políticas ni estrategias de contención para el personal de salud como tampoco de comunicación política institucional con los servicios privados que sea clara y uniforme y que coloque a la ciudadanía en la tranquilidad que la salud es prioridad, y que es regulada en la ciudad.
Existe hoy en nuestra ciudad, una crisis notable que repercute en la gente y que requiere medidas políticas dirigidas a garantizar condiciones mínimas de satisfacción de trabajo para con el personal de salud.
Los componentes del sistema de salud entendiéndolos como el gobierno, el financiamiento, los insumos, el equipamiento, los sistemas de información y especialmente recursos humanos, mal concebidos políticamente, han puesto en evidencia problemas de irresolución del servicio que, agregándole factores climáticos o especiales futuros, se puede terminar en un colapso de la salud pública.
Concluyendo, no estamos ajenos ni se nos escapa la crisis global de recursos e incapacidad política que tiene nuestro país y nuestra provincia producto de malos gobernantes nacionales y provinciales, pero en nuestra ciudad con ingenio, podemos prevenir y gestionar la emergencia sanitaria actual consolidando una fuerza laboral de salud adecuada, bien distribuida, motivada y apoyada políticamente.
Santiago Hourcastagne – Presidente | Daiana Raulier – Secretaria