Por Luis María Mariano
“Cambiemos” es el mejor gobierno posible hoy, dado que, entre otros cometidos, busca restablecer principalmente el funcionamiento de las instituciones republicanas y democráticas. Clara y paulatinamente se aprecia, que nos alejamos de la “República Perdida” que dejó el anterior gobierno ¨kirchnerista¨. Sin dudas y siniestramente, hemos sido gobernados por bandidos que no han escatimado esfuerzos en enriquecerse con dinero público, al amparo de la autoimpunidad generada.
Alguien, define a la política como: “la asignación imperativamente de valores, en una sociedad determinada”. En estos valores compartiríamos a la libertad, la igualdad, la justicia, la solidaridad, la tolerancia, la decencia, etc. Pero, si a estos valores no se los concretizan en la persona singular por medio de la educación o conducta republicana y democrática de los gobernantes, se los toma generalmente como valores que sirven para otros y no para el propio hombre desposeído. De ahí que un sector importante de la sociedad parece no tener inconvenientes de apoyar nuevamente con su voto, a aquellos que saquearon por más de una década al país y que necesariamente su actual condición de exclusión fue producto directo de aquel nefasto accionar político.
Como aproximación, el populismo entiende que la democracia republicana no puede dar respuesta a los distintos reclamos que genera la sociedad y que el máximo gobernante (líder), se encuentra facultado a alterar a su discreción, el propio funcionamiento de una república democrática. Claro que, carentes de valores o mejor, provisto de disvalores, el Presidente se desenvuelve subsumiendo a sus perversos designios, al Poder Legislativo con la complicidad de sus integrantes adictos y al propio Poder Judicial, que lo corrompe para garantizarse la impunidad y la de los suyos.
El gobernante populista y su séquito de seguidores por conveniencia personal, deja de lado los valores republicanos y democráticos que deben imperar en la sociedad, para dar paso a su mezquino proyecto personal de permanencia en el poder a toda costa.
Para sustentar una falsa creencia de igualdad con bienestar, los gobiernos populistas distribuyen migajas en la sociedad empobrecida por las históricas y repetidas recetas políticas, que producen un efecto de “consumo” sin la consiguiente generación de riquezas. Consumo éste de por sí artificial, provocado por endeudamiento o generación de inflación por emisión de dinero sin respaldo, un relato mediáticamente difundido, sobre el bienestar alcanzado mientras que, consolida la pobreza estructuralmente.
También destacamos que la sistemática falta de prácticas democráticas en algunos dirigentes, han naturalizado ciertos comportamientos antidemocráticos como el imponer la voluntad sin respetar las formas o la palabra dada y que a priori, podríamos encuadrar estas negativas actitudes, en proyectos personales los que, desde luego, son incompatibles para la representación democrática.
Dar paso a proyectos políticos colectivos y el desprenderse de proyectos personales, son la forma de consolidar la república democrática que anhelamos alcanzar y “Cambiemos”, sin perjuicio de los yerros, es una poderosa coalición de gobierno para la transformación de la Argentina en ese sentido.
El continuo ejercicio democrático y la consiguiente formación en valores, decantará los viciosos procedimientos señalados y producirá a su vez, los mejores valores humanos formados a los que colocará a disposición de la ciudadanía. “Cambiemos” es hoy, la senda para llegar a la república democrática.