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A 42 años de aquella TRÁGICA NOCHE
El 16 de septiembre de 1976 comenzó un operativo conjunto de policías y miembros del Batallón 601 de Inteligencia del Ejército para capturar a jóvenes que tenían entre 16 y 18 años y que en su mayoría militaban en la Unión de Estudiantes Secundarios (UES). Claudio De Acha, María Clara Ciocchini, María Claudia Falcone, Francisco López Muntaner, Daniel Racero y Horacio Ungaro fueron arrancados de sus domicilios ese día; al siguiente apresaron a Emilce Moler y Patricia Miranda, y cuatro días después a Pablo Díaz.
Todos fueron llevados al centro clandestino de detención de Arana, y luego al Pozo de Banfield. Sólo Moler, Díaz y Miranda recuperaron la libertad.
Este hecho fue uno de los más crueles conocidos entre los actos de represión cometidos por la última dictadura cívico militar argentina de Jorge Rafael Videla (1976-1983) ya que los desaparecidos eran en su mayoría jóvenes estudiantes menores de 18 años.
La Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP), estableció que la Policía Bonaerense había preparado un “operativo de escarmiento” para los que habían participado en la campaña por el boleto estudiantil.
El comisario Miguel Etchecolatz, autor material de los secuestros y desapariciones, esquivó a la justicia en los años 80 bajo el amparo de la Ley de Obediencia Debida. Tras derogarse dicha ley en 2003, se iniciaron los juicios por delitos de lesa humanidad y Miguel Etchecolatz recibió sentencia por los crímenes cometidos durante la dictadura y por ser el principal responsable de “La noche de los lápices”.
Cuando se reinstauró la democracia en la Argentina, se estableció el 16 de setiembre como el “DIA DE LA REAFIRMACION DE LOS DERECHOS DE LOS ESTUDIANTES” para que aquellos jóvenes víctimas del terrorismo de Estado, jamás queden en el olvido.
Hoy, al igual que los jóvenes desaparecidos en esa fatídica noche, vivimos un contexto de creciente tensión entre el ámbito educativo y el Gobierno que no tiene entre sus prioridades la jerarquización de la educación pública. Clases abiertas y facultades tomadas, marchas de las que participan docentes y alumnos de los diferentes niveles y la comunidad educativa toda, paros y medidas de protesta se conjugaron en los últimos tiempos en los que el denominador común fue el rechazo al “recorte presupuestario para la educación pública”, el que tristemente ya se ha cobrado dos vidas, la de Sandra Calamano y Rubén Rodríguez en la EP N° 49 de Moreno.
Los estudiantes están decididos a no permitir que se los convierta en variable del ajuste ni a tolerar el brutal recorte presupuestario al que se somete a la educación pública, los que se ven reflejados en el desfinanciamiento de universidades, en la polémica reforma de las escuelas técnicas y en el cierre de los gabinetes de los equipos de orientación escolar, entre otros.
Entre las principales consignas que se escuchan por parte de los dirigentes estudiantiles y docentes está la de enfrentar “a un gobierno neoliberal que ajusta, reprime y desfinancia nuestra educación y nuestro futuro”.
“EN DEFENSA DE LA EDUCACIÓN PUBLICA DE CALIDAD LOS DOCENTES Y LOS JOVENES ENSEÑAN TAMBIEN EN LAS CALLES”
Claudia Bogliolo
Concejal PJ Cumplir
Secretaria de Derechos Humanos
Partido Justicialista de Chivilcoy