Un sorbete tarda 1 minuto en ser fabricado, para luego aprovecharse en 20 minutos de uso y 200 años en descomponerse y que eso provoque la muerte de 1000 especies marinas.
La contaminación por plásticos es otro gran punto que alarma a científicos de todo el mundo. Por dar un pequeño ejemplo, aunque alcanza para dimensionar la problemática, los sorbetes de plástico fueron siempre un elemento del que las empresas se han valido por miles de años, ocasionando un gran problema para el medio ambiente por su poca vida útil y su impacto negativo incalculable.
Un sorbete tarda 1 minuto en ser fabricado, para luego aprovecharse en 20 minutos de uso y 200 años en descomponerse y que eso provoque la muerte de 1000 especies marinas. Se estima que el 90% de las aves marinas, ballenas, delfines y algunas especies de tortugas marinas ingieren plástico; los sorbetes generan demanda de recursos no renovables; generan toxicidad y contaminación ambiental; un restaurante desecha alrededor de 45 mil por año; son innecesarios y se encuentran dentro del grupo de las basuras “eternas” por no ser biodegradables.
Varios países, entre ellos la Argentina, han prohibido en varias de sus jurisdicciones el uso, distribución y venta de sorbetes plásticos.
A partir de noviembre de 2019, el Ministerio de Ambiente y Espacio Público, a través de la Agencia de Protección Ambiental, prohibió la entrega, uso y expendio de sorbetes plásticos de un solo uso en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires.
Los sorbetes prohibidos forman parte de los plásticos denominados “de un solo uso” porque, después de apenas segundos o minutos de utilización, se tiran al cesto y así comienzan a engrosar la masa de casi dos toneladas de desperdicio por mes. Si no se reciclan, pueden tardar entre 150 y 400 años en descomponerse.
Además, los sorbetes de plástico son el cuarto contaminante más común que afecta las costas y el agua. Al desintegrarse, se generan partículas conocidas como microplásticos, que son ingeridas por la fauna acuática, que bioacumulan y magnifican estos materiales en la cadena alimentaria. Por último, los sorbetes de plástico han sido un elemento de conveniencia por miles de años, ocasionando un gran problema para el medio ambiente por su poca vida útil.
¿Qué pasa a nivel local?
Si bien ya hay locales gastronómicos que por decisión propia se han sumado a esta iniciativa y entregan sorbetes biodegradables; como así también kioscos y supermercados que no entregan sorbetes plásticos, el HCD tratará un proyecto de ordenanza presentado por el Bloque Consenso Federal buscando que se prohíba el uso y/o expendio de estos sorbetes plásticos en todos los locales tanto gastronómicos como bailables y de venta de productos alimenticios, buscando contribuir con el cuidado del medioambiente y sumándose a una iniciativa a la que adhieren cada vez más lugares en el mundo.