Durante el procedimiento, las autoridades detectaron que persisten irregularidades por las que clausuraron ese establecimiento hace 14 meses.
Agentes de la Brigada de Control Ambiental (BCA) llegaron al zoológico de Luján para llevar a cabo una inspección tras una denuncia de parte de un exempleado del establecimiento. Según precisaron desde el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, el denunciante reveló que no se separaron las hembras de los machos para evitar la reproducción.
“Durante la inspección se constató la ausencia de garantías reales de separación entre los felinos machos y hembras, situación que, en fiscalizaciones anteriores, con el zoo clausurado, se había solicitado resolver y no fueron cumplidas”, contó el secretario de Control y Monitoreo Ambiental, Sergio Federovisky, luego del operativo.
Además, el funcionario remarcó otro incumplimiento: “Volvimos a indicar la necesidad de colocarles chips e identificar a través de la tecnología a todos los animales, algo que, sin embargo, no se cumplió, ya que solo un 20% de los felinos pudieron identificarse por medios tecnológicos”.
El zoológico fue clausurado por la cartera ambiental a mediados de septiembre de 2020, habida cuenta de las sostenidas irregularidades identificadas en el predio en materia de la normativa vigente sobre conservación de fauna. En paralelo, se presentó una denuncia ante la justicia federal de Mercedes y contra los administradores del zoológico por violencia animal e infracción a las leyes ambientales. Días atrás la Justicia convalidó la actuación del Ministerio.
En el momento de la clausura, se había demandado a las autoridades del zoológico que cumplieran con una serie de requisitos necesarios para poder levantarla. Uno de ellos era cesar las procreaciones, en especial de los felinos, lo que significaba mantener la separación de ejemplares hembras de los machos.
Luego, se debía presentar un plan de reconversión ante el Ministerio, lo cual se realizó hace pocos meses y es evaluado por la cartera nacional. Además, en aquella oportunidad también se solicitó garantizar el bienestar animal y la inscripción del zoológico.
En tanto, el plan de reconversión también debía establecer un mecanismo de traslado de los ejemplares para poder reconvertir el zoológico, lo que supone la derivación de los animales a santuarios en el país o el exterior con autorización expresa desde Ambiente nacional y de las autoridades de fauna de la provincia de Buenos Aires.
El zoológico había sido inspeccionado en mayo pasado por la Defensoría del Pueblo bonaerense junto a representantes de la Dirección de Flora y Fauna provincial. Al igual que hoy, se trató de un relevamiento de las condiciones en las que se encuentran los animales en el lugar en guarda de sus captores.
En esta recorrida, la Defensoría observó entre otras faltas, a grandes felinos encerrados en jaulas pequeñas que le dejaban escaso margen de movimientos, lo que representa una clara situación de violencia. Además, se advirtieron nuevos nacimientos, lo que va en contra del pedido de castración de los animales para frenar la reproducción.
Debido a esto, hasta ese momento había unos 130 felinos, un número que hace compleja la reinserción a sus hábitats en términos logísticos y económicos.
El zoo fue inaugurado el 24 de noviembre de 1994 con una colección inicial que reunía fauna silvestre y doméstica integrada por un mono, dos burros, dos ponis, algunas llamas y ciervos, una pareja de leones y pavos reales.