El extécnico de Banfield calificó como «impresentable» al barbado, quien sostuvo que su antagonista había vivido «colgado de los huevos de Bielsa», no podía dirigir en Primera y le había «serruchado el piso a Almeyda».
Si bien hace más de 48 horas que se conoce el nombre del nuevo entrenador del seleccionado, el cabildeo que rodeó a la designación de Edgardo Bauza todavía genera coletazos. Uno de alto voltaje fue protagonizado por dos hombres que estuvieron relacionados con la búsqueda: Ricardo Caruso Lombardi, aspirante autopostulado que llegó a reunirse con Armando Pérez, presidente de la Comisión Normalizadora de la AFA; y Claudio Vivas, cuyo nombre sonó (y sigue sonando) para hacerse cargo de los seleccionados juveniles.
La guerra en capítulos comenzó cuando Vivas, durante una entrevista con el periodista Gustavo López en Radio La Red, cuestionó las apreciaciones críticas de Caruso Lombardi sobre algunos jugadores de la Selección, especialmente Ángel Di María (“Conmigo no se pone ni los botines”, había dicho) y lo calificó como “impresentable”.
Un rato más tarde el exentrenador de Sarmiento de Junín llamó a la radio y cuando lo pusieron al aire, hizo estallar su pirotecnia verbal. “Yo nunca me colgué de los huevos de ningún técnico para dirigir. (Vivas)Toda la vida vivió de la sanata y colgándose de los huevos de (Marcelo) Bielsa. Fue a Banfield y le serruchó el piso a (Matías) Almeyda. Lo rajaron a patadas porque los jugadores no lo querían. Encima mide un metro con gorra y era arquero. ¿Entonces qué puede hablar de mí?”, disparó Caruso.
Y siguió: “Para hablar de mí primero tiene que tener 22 años de carrera. A mí nunca un dirigente tuvo que echarme de un club. Él no puede dirigir en Primera. Con los pibes puede hacer lo que quiere, pero con los grandes fue un fracaso: estuvo en cuatro equipos y lo echaron de los cuatro”. Luego sostuvo que su aspiración de dirigir a la Selección tenía motivos justificados: “Si me dieron una reunión, fue porque me la gané y no porque me fui a arrodillar delante de Armando Pérez. Yo la peleo solo. Que no me joda, que use el violín con los periodistas, no conmigo”.
Mientras el lenguaraz entrenador continuaba con su monólogo, Vivas también levantó el tubo, se comunicó con la radio y le habló directamente a su antagonista: “No te conozco, no me interesa conocerte. Si dije algo que no te gustó y estuvo fuera de lugar, lo lamento, pero es lo que percibo. Esta generación de jugadores ha hecho mucho por el fútbol argentino. Cada uno puede opinar lo que quiera, pero si vos opinás así sobre estos futbolistas, me parece que eso está fuera de lugar. A partir de eso surgió la palabra ‘impresentable’. Creo que estuvo fuera de lugar, pero me parece que vos tendrías que recapacitar sobre todo lo que acabás de decir sobre mí”.
“Lo que menos me interesa es cruzarme con vos. Sos un técnico de Primera que siempre ha logrado cosas con equipos que necesitaban salvarse del descenso”, intentó conciliar Vivas. Pero Caruso volvió a la ofensiva.
– Ahora te ponés en víctima y me querés hacer pasar por boludo.
– Ninguna víctima. Yo soy una persona que formo futbolistas y que he tenido la posibilidad de dirigir en Primera y no me ha ido bien. Solo me interesaba aclarar que yo no me cuelgo de nadie y no le serrucho el piso a nadie. Voy a seguir defendiendo a esta camada de futbolistas….
– Me tiene sin cuidado que defiendas a quien quieras, si gracias a eso laburaste siempre.
En ese momento Gustavo López le puso coto a la batalla verbal y quiso bajar la temperatura proponiendo juntarlos a tomar un café. “Conmigo no cuentes”, aclaró Vivas antes de cortar. “Conmigo menos. A ver si me serruchas el piso”, arremetió Caruso Lombardi, cuando del otro lado solo se escuchaba el tono de la línea de su rival de ocasión.