El próximo sábado 12 de agosto -a las 20hs- se inaugurará en la sala Fotogalería 22, del Museo de Artes Plásticas Pompeo Boggio, la muestra Nº 161, denominada Formicarium | Fotografías recientes de Alfredo Quiroz & Bernardo Puente.
A modo de introducirnos en la temática de la obra, transcribimos el análisis de Damián Cabrera (Asunción, junio de 2017), utilizado para la presentación del trabajo, en el cuerpo del catálogo de Fotogalería.
Acaso lo raro -la anomalía-, al diferir su apariencia, azuza el deseo; ya sea imperceptible para las capacidades de quien quisiese aprehenderlo, o agazapado bajo la superficie de lo usual, el deseo de sí permanece -con este ocultamiento- estable. Pero la excepción puede ser revelada, tal vez, en la afición obsesiva de contemplar el devenir de las cosas: y capturada instantáneamente, antes de que su extrañeza se disipe; sin embargo, a veces, la espera se tensa, y puede empujar a inducir dichas expresiones in-comunes de la naturaleza.
Arrebatados por una obsesión común que involucra el deseo, la mirada y el extrañamiento, Alfredo Quiroz y Bernardo Puente presentan dos expedientes de su vocación compartida, en los cuales, cada uno a su modo, despliegan topologías o exhiben cuerpos hundidos en cierta gravedad, ahora perceptibles en su entorno circundante, sorprendidos en un instante que podría decirse onírico, aunque real.
Con un relámpago perpetrador, Quiroz introduce luz en entornos sumidos en la sombra. Esta luz, que torna visibles a sujetos o dominios íntimos -y aun la intemperie-, descubre al menos dos excedentes, y una deformación: Ciertos contornos, ciertas siluetas, se vuelven sensibles, precisamente, gracias a esa irrupción luminosa que perturba la oscuridad; son las sombras que dan cuenta de la consistencia de los cuerpos, de su resistencia a un afán transparentador que tiene, ahí, un límite. Otras veces, franjas sombrías persisten a pesar de la luz, no se borran; como si no se vieran intimidadas por ésta, y, a su vez, constituyeran cierta amenaza en los espacios registrados, o cierto exceso imborrable. Por último, la guardarropía: los espacios documentados por Quiroz corresponden a Puerto Casado y a Asunción, ciudades de Paraguay, periféricas en función de otras espacialidades, y a locaciones doblemente excéntricas en las que, junto a los retratados, el cúmulo informe de ropas pareciera representar apéndices turbios, execrados.
Por su parte, Puente captura paisajes metropolitanos -se trata de panoramas catalanes-, y multiplica las escenas alineándolas contiguamente y en bandas paralelas, a modo de terrarios. Esta disposición parece querer enfatizar y dramatizar la multitud de las supercolonias, cuyos individuos que la componen ven en tal ejercicio apagada su identidad y acentuado un anonimato, en aras de una comunicación de orden complejo en la que éstos participan, constituyendo, a su vez, una organicidad de lindes reconocibles: ya no se trata, entonces, de las identidades que se desintegran en medio de la muchedumbre, sino de un solo cuerpo comunitario, no carente, sin embargo, de un componente siniestro. Acotados en las mirillas que el agente observador dispone en su montaje, las escenas dramatizan el sentido fotográfico de la captura, y connotan cierta urgencia del observador; y, en ocasiones, se dinamizan como una fotonovela paisajística y etnográfica.
Damián Cabrera
Asunción, junio de 2017
ALFREDO QUIROZ
Biografía
Alfredo Quiroz (paraguayo) se inició con la pintura, la fotografía y el collage, y se centran en la masculinidad y la sexualidad. A través de un sentido marcadamente narrativo exploro la perdida; el desplazamiento del sentido de las cosas comunes; el cuerpo del otro deseado; la identidad; los juegos de poder; la familia. Con esto pretende desafiar continuamente la mirada y la sensibilidad del espectador. Actualmente su investigación artística se centra en reflexiones sobre territorio histórico, identidad, evidencia y memoria.
BERNARDO PUENTE OLIVERA
Biografía
Bernardo Puente (argentino) viene del mundo de la pintura. Explora las formas simbólica y hierática de la iconografía bizantina, así como sus aspectos místicos y religiosos. Con su obra intento recuperar espacios arrebatados, conectar con su identidad y la de los otros. Desde el 2013, he comenzado a incursionar en otros lenguajes como la fotografía, la intervención digital, y el trabajo colaborativo con otros artistas que le permite abrirse a nuevos lenguajes.
La obra podrá ser visitada, dentro del horario administrativo del Museo, hasta el 28 de septiembre.