“Estamos ante un difícil momento de la actualidad nacional y local que afecta también al vecino común”, este fue uno de los varios conceptos vertidos en el su discurso pronunciado en la sesión de apertura de actividades del Concejo Deliberante.
Exponemos a continuación un resumen de las palabras del concejal:
Estamos ante un difícil momento de la actualidad nacional y local que afecta también al vecino común.
También es un difícil momento para que la dirigencia política toda explique qué se debe hacer y qué no para iniciar una ruta virtuosa y de mejora progresiva en la calidad de vida de la sociedad, sin que los argumentos sean la descalificación del adversario político, ya que eso solamente genera seguir dañando la política que está devaluada y goza de mínima confianza.
No dudo de las buenas intenciones de diferentes actores políticos, aunque claramente guardo reserva con algunos, pero si esas intenciones no se trasladan a hechos, la repercusión en la ciudadanía siempre arroja un balance negativo. La pregunta es ¿por qué? Resuena en mi interior que predominan las ambiciones personales a las colectivas, que perpetuarse en el poder es el objetivo, y se trabaja solamente con el fin de mantener esas posiciones de privilegio, aun sabiendo con absoluta certeza el impacto negativo sobre la población en un futuro no muy lejano. Pero parece no importar la construcción de futuro, siempre que en el «ahora» nos genere rédito político, y si para dicho fin hay que relatar una ficción, pues se relata, sin remordimientos.
Si la ficción debe empezar en preescolar, que empiece y que prosiga en todas las etapas educativas, a través de un adoctrinamento político sistemático y sin precedentes, de última, los hacemos pasar de año sin repetir y listo. Sabiendo en todo momento el daño generado a esas generaciones, pero no importa, todo sirve para refugiarnos en el poder, para crear muchos más puestos de trabajo, pero solo para familiares y amigos, para vivir del pedazo de estado que nos quede y lo utilicemos como propio.
Acá aparece otro fenómeno conductual de algunos integrantes de la dirigencia política de la actualidad, en todos los niveles: confundir la posición transitoria de representantes de una determinada población, legítimamente obtenida por la elección del pueblo, por la creencia omnipotente de creerse dueño absoluto de la institución que les tocó gobernar, y somos nosotros desde los poderes legislativos sumado al ciudadano de a pie los que deben estar atentos para repudiar y frenar estas prácticas mezquinas y fuera de lugar de nuestros representantes.
Qué se le puede decir a una ciudadanía tan castigada por la inflación y la inseguridad creciente, en lugares en donde se disfrutaba de la seguridad años anteriores, como claramente es nuestra ciudad, aunque se nos responda por enésima vez que los chivilcoyanos no tenemos homicidio en ocasión de robo, como si los que vivimos la vida en nuestra ciudad midiéramos esta materia por cantidad de homicidios. Si algún día así lo hacemos, es que nos habremos convertido en algo parecido a Rosario y su narcotráfico sin freno, que dicho sea de paso el gobierno nacional mira para otro lado, observando desde una posición de espectador televisivo como esa ciudad y provincia se van convirtiendo en la serie de Netflix tan popular «Narcos I II» y varias más.
Más vale dejemos que la gente se quede con poco de lo bueno que le sucede, como ser campeón del mundo de fútbol, e idolatrar a esas figuras que, desde el trabajo colectivo, el esfuerzo, el mérito, la solidaridad entre compañeros y una conducción natural, sana y sin envidias nos enseñaron a todos por donde es el camino. Camino que no es desconocido por nadie, pero que sin dudas demanda más esfuerzos, porque es más difícil. Demanda más diálogo y consensos, demanda empatía, relegar objetivos personales en post de un logro colectivo, más sostenible en el tiempo y con bases sólidas. Pero lamentablemente desde hace años elegimos atajos atractivos en lo inmediato con bases frágiles, y los resultados están a la vista, solo hay que detenerse a observar sin prejuicios, con inteligente autocrítica y poder enfrentar el dolor que genera la decepción, la realidad de la ficción, los hechos de los relatos.
A mis compañeros del HCD les deseo un gran año, que podamos debatir con generosidad, ideas y proyectos que marquen la agenda de los problemas de nuestros vecinos, sin importar de cuál sea el origen. Solo de esa forma iremos recuperando el respeto hacia nosotros, como representantes momentáneos de nuestros conciudadanos. Sería bueno que alguna vez se valore el trabajo de este cuerpo legislativo, porque cuanto más fuerte mayor debate y seriedad tenga este poder, más fortalecerá a un gobierno, independientemente del color político que sea. La amplitud de voces genera beneficios. Sería necio no escucharlas.
Aclararle al chivilcoyano que mi bloque unipersonal, representa al espacio JUNTOS en su conjunto, no solamente al PRO, del cual también me siento parte y que no tenemos una convivencia mala con nadie, simplemente somos libre pensadores, que respetamos nuestras convicciones y las defendemos en libertad, le pese a quien le pese. Y si tenemos una representación pequeña como la de este bloque, la ejerceremos con el mismo compromiso, responsabilidad y orgullo, porque al igual que el resto de los integrantes fue la gente con su apoyo que nos dio este privilegio, y no por ser minoría vamos a vender nuestra esencia y practicar la obsecuencia al poder de turno.
Lejos estamos de querer «obstruir o poner palos en la rueda», frase de moda en nuestra ciudad, porque entendemos que eso solo perjudica a los ciudadanos. Solo quien actúa de ese modo en la política piensa que todos somos así.
Estaremos para proponer un camino donde nuestra ciudad recupere el brillo que ha sabido tener en otras épocas, haciendo foco en materia de salud (situación gravísima en nuestro distrito), en tránsito (más grave aún ), puesta en valor del espacio público, mejora progresiva del medioambiente, y producción , para tornar atractiva nuestra ciudad para nuevos inversores. Basados en el diálogo respetuoso, capacitación permanente del valioso recurso humano de empleados municipales, con la promoción de muchos de ellos con capacidades indiscutibles a ocupar cargos ejecutivos, con un organigrama que demande menos funcionarios de turno, pero con mayor eficiencia por contar con idoneidad necesaria para desempeñar la tarea que se les designe. Sin necesidad de caer en descalificaciones personales, laborales, profesionales y hasta familiares, para intentar generar una imagen diabólica de actores que simplemente tienen una visión diferente en diversos temas.
Para terminar, estamos a disposición de la ciudadanía toda para escuchar y proponer ideas o proyectos que puedan mejorar su variada problemática. Entre ellos a todo el sector agropecuario, especialmente al pequeño y mediano productor que se encuentra atravesando una situación climática histórica, devastadora, que lo va a notar la ciudad en los próximos años en términos económicos.