Así lo sostuvo el Dr. Adrián Vila en esta nota exclusiva para DECHIVILCOY en la que nos adelantó detalles de su nuevo poemario Mi padre se escapaba en su caballo negro & Carrera de biciletas, que en la preventa superó todas las expectativas con más de 100 ejemplares vendidos.
El sábado 14 de junio en la Sociedad Francesa Adrián Vila presentará su nuevo libro Mi padre se escapaba en su caballo negro & Carrera de bicicletas, que reúne poemas de los 90 y el inicio de los 2000; y de la época de la pandemia de Coronavirus. En esta nota hablamos de escribir en la frontera y de la poesía como ese lugar donde la literatura no está obligada a nada.
El profesor y ex secretario de Cultura de Chivilcoy, nos explica en referencia a los dos títulos que tiene la publicación: “Son dos libros, los poemas de Mi padre se escapaba en su camello negro están escritos a fines de los noventa, principios de los dos mil, y habían quedado afuera de otro libro que publicó con el autor Washington Cocurto; y los de Carrera de bicicletas los escribió mayoritariamente durante la pandemia. Lo leyeron algunos amigos y todos coincidieron que tenía que hacer uno solo, por lo que traté de hacer una síntesis y salió este pequeño poemario, que es un lindo objeto desde el punto de vista gráfico”.
“Con Vanesa Vitale hicimos mucho hincapié en lo que se llama la sociedad tipográfica, el mundo tipográfico, las formas del arte mediante el cual circula. Trabajamos con stamping, hicimos mucho trabajo de imprenta y con las tipografías de otra manera”, explicó y agregó que “tratamos de generar un estilo, algo que vi en Europa el verano pasado, dado que hay toda una serie de colecciones que le están dando más prominencia a la tipografía que a las viñetas o a las fotos; por eso que trabajamos más en el tema de la configuración tipográfica, o sea, estética, práctica, material y composición estilística que en la literaria”.
“La poesía es un lugar donde la literatura no está obligada a nada”
Frente a la discusión actual, Vila sostiene que “la literatura perdió su autonomía frente a otras formas de la discusión significacional, la discusión del sentido de contar historias perdió su autonomía. No toda la literatura, creo que la poesía sigue siendo el lugar donde hay más posibilidad de que la escritura literaria funcione con soberanía frente al gran canon y a las formas más estándares de la cultura”.
El escritor que pertenece a la Escuela Crítica afirma que “la mejor producción cultural se produce en tensión, no en los periodos de normalidad: “Nunca vi mejor producción cultural, por ejemplo, que después de la caída del Muro Berlín, es decir, no vi mayor desarrollo, por ejemplo, del espíritu crítico, de las formas más aventuradas de producción, sobre todo a nivel de las ciencias sociales, las artes visuales, las artes plásticas y el campo literario, incluidos los estudios literarios y los estudios culturales, que en los momentos de tensión”.
En relación a sus poemas escritos en la pandemia y la ruptura frente al mundo pre-Covid, dice que “sí bien las sociedades salieron peor, hay que ver qué es lo en que decanta” y sostiene que hubo un quiebre que incluye “desde las formas más complicadas de destrucción económica, la imposibilidad de recuperación económica, lazos y vínculos que se perdieron, formas del trabajo que cambiaron y que migraron a otros lugares, a otras formas de trabajo, el trabajo en las casas a gente que perdió su trabajo”.
Aunque asegura que “la sociedad tampoco era la Comunidad de los Santos, citando a David Viñas, en el mundo anterior a la pandemia”. “Son procesos de ruptura y continuidad, en los que se rompen cosas y también continúan cosas, pero que el COVID y la pandemia funcionaron como una forma de ruptura no me cabe duda”, argumenta.
A este análisis añade que hay otro tema que tiene que ver con las fronteras entre el periodo de normalidad y el otro, sobre todo, en un país como la Argentina, que no se distingue casualmente por sus momentos de normalidad demasiado estándar. De esta forma, expresa: “Hay gente que toma el límite de la frontera como una forma de separar dos lugares, dos momentos, hasta acá una cosa, hasta acá la otra, como un criterio demarcatorio la frontera, hasta acá funciona la normalidad, hasta acá no; pero también están los que viven en la frontera, los llamados fronterizos”.
“Hay toda una serie de literaturas sobre eso como el escritor Cormac McCarthy y, precisamente, creo que quizás el fuerte de la poesía es ese, la posibilidad que tiene de vivir siempre en la frontera, en la frontera entre la industria cultural y la literatura más artística; entre el compromiso y la imposición más moral sobre la literatura y lo contrario; la poesía puede escaparse de la forma que tiene el mercado actual de producción literaria”, asevera.
De esta manera, continúa, afirmando que descree de estas formas que “el mercado de la producción literaria coloca en el catálogo e impone a la literatura la función de que tiene que hablar de tal cosa, lo cual es tan moralizante como decir no tiene por qué hablar de nada, o que tiene que hablar de la situación de desigualdad en tal lugar”. Ante esto, enfatiza: “Creo que la literatura es una forma, es un momento como todo el arte. Es un momento de sensibilidad de una persona frente a un texto o una obra. Entonces yo le doy mucha importancia al cómo también, no solamente a qué dice quién o si denuncia o no denuncia, sino cómo lo hace”, agrega.
De esta manera, Vila asegura que “lo que prima en la poesía es que no se le pide ese estatus de que señale”. “Ya parecemos el gato que no miramos el dedo” se queja, mientras exclama que “Argentina tiene un bagaje, un corpus de poetas excelente, de primer nivel, muchísimos poetas excelentes que no disputan el canon y que no lo disputan precisamente por eso, porque también el fuerte de la poesía es su debilidad: esa frontera”.
Habitar en la frontera y la capacidad de resistencia del arte
Sobre habitar en la frontera, el autor dice que “para bien o para mal, los que habitamos en la frontera producimos eso, género de frontera, esa cosa porosa y lateral de salir a buscar allá afuera. Creo que hay como un mandato, un nuevo testamento de la literatura, que indica que tiene que hablar de tal cosa, de tal manera; a mí particularmente eso no me interesa, si lo hace, fantástico, si no lo hace, también”.
“Deleuze preguntaba qué tiene el arte de información; el arte no informa por eso la capacidad de resistencia del arte está en los sectores subalternos, los sectores que más resisten todos los problemas que podemos indicar de cualquier tipo, tratan de no aprender su lenguaje para no caer en esa trampa”, sentencia.
Asimismo, opina que “la forma de producción literaria está cargada de un ánimo moralizante que si no lo seguís, quedas fuera”, pero, asegura que “ya es un recurso que aburre, como aburrió en algún momento el Realismo Mágico, todas las formas de imitación de la vanguardia en su momento, el nonfiction, la novela histórica, o esa zona entre la autoayuda y la literatura latinoamericana de los 90” y sostiene que “en algún momento esto también va a caer por su propio peso y vendrá otro proceso donde el Estado también interviene”.
Presentación en la Sociedad Francesa
El sábado 14 de junio, a las 19:00 horas, el autor llevará a cabo la presentación oficial de su poemario abierta a todo público. En este evento, estará acompañado por destacados escritores, entre ellos Liria Evangelisa, Pía Poveda, Daniel Casas Salicone, Rosana Delucchi, Sofía Masacane y Renata Defranchi. Además, el evento contará con la participación musical de Nicolás Muchuit y Maximiliano Bertoldi.
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