El pasado viernes 23 de septiembre, Fernando Mengual -un joven futbolista de 18 años- cruzaba la Plaza Principal pasadas las 23.30hs, circunstancia en la que encontró en uno de los bancos, una bolsa con documentación y $50.000 en efectivo. El joven chivilcoyano no dudó en devolver el dinero, que pertenecía a una abuela de 84 años, «tener la oportunidad de devolverle la plata y ver su sonrisa me hizo muy feliz» dijo, «muchos me recriminaron no haberme quedado con la plata, pero mi mamá lo primero que me preguntó fue si la había devuelto, ahí caí que había hecho las cosas bien».
Fernando recibe a DECHIVILCOY, calzándose las zapatillas mientras que abre la puerta de su casa de la calle Maestro Argentino. Infaltable la remera de Cerámica Argentina, Club donde forma parte del equipo de la Primera como defensor, aunque actualmente una lesión lo mantiene fuera del campo de juego.
“Pasen, mi casita es humilde, pero con las puertas abiertas” dice con una gran sonrisa, “me tocó encontrar estos $50.000 y tener la oportunidad de devolverlos para llevarle la sonrisa de una abuela, quién me adoptó como un nieto más”.
La abuela se llama Mónica y tiene 84 años, su hijo había al Banco por un préstamo para afrontar los gastos de una enfermedad de un miembro de la familia.
«Hago suplencias en la Pizzería Bartolo, hay días que trabajo y días que no, pero ese viernes me tocaba, y salí temprano porque había poco trabajo» narra, «crucé la Plaza Principal de tiro con mi bicicleta cerca de las 23,30hs, y encontré un bolsito con la plata y una billetera con los documentos de la abuela, sé que me podría haber quedado con la plata y pagar algunas deudas, que, por la separación de mis viejos, me quedé con mi mamá, pero fui derecho a su domicilio a devolverle la plata».
«La abuela estaba re contenta, me abrió la puerta con lágrimas en los ojos» contesta al preguntarle por el encuentro. Y es que la abuela había gestionado ese dinero en una entidad bancaria para afrontar los gastos de una enfermedad grave de una de sus hijas, «debe ser muy difícil» dijo respecto a la angustia que sintió esta abuela por unas horas, «pero a mí me costó muy poco entender lo que seguramente estaba pasando, pero me llevo la alegría de su cara, al mostrarme las fotos de su familia y agradecerme, eso me hace muy feliz».
Cuenta que, al enterarse, muchos conocidos le recriminaron no haberse quedado con el dinero, «pero soy así, sé que no es tan normal, pero vengo de una familia humilde, luchando hoy junto a mi mamá, buscando trabajo, pero estoy feliz porque me tocó devolver esa plata».
Fernando jugó al fútbol durante muchos años fuera de Chivilcoy, en Flandia, en la Selección Argentina (Sub15), y en Ferro Carril Oeste, pero por cuestiones familiares tuvo que regresar a nuestra ciudad. Actualmente juega en la 1° División del Club Cerámica Argentina, «que me abrieron las puertas totalmente, y me hice hincha con muchas ganas, también trabajo en las inferiores con los más chiquititos, algo que me gusta mucho hacer» agrega, «la espero a mi mamá con unos buenos mates cuando vuelve de trabajar, y cuando me toca, voy a trabajar a la pizzería».
«Llegué y pensé que me iba a decir ¿por qué no los trajiste? y pagábamos las deudas y así vivir más felices” reconoce al preguntársele por la reacción de su mamá, pero lo primero que me dijo fue ¿lo devolviste no? entonces caí en que hice algo bien».
«Este año me tocó vivir más complicado, porqué me tocó salir a trabajar y tuve que dejar la escuela» dice Fernando, quién tomó la decisión de dar libre algunas materias para poder terminar el secundario «aunque sea con el Plan Fines» reconoce y proyecta realizar un curso de rápida salida laboral porque «sinceramente tengo que ayudar a mi mamá» y agregó «vivimos con lo justo, pero felices».