Hoy más que nunca, en esta nueva conmemoración del Día Internacional del Trabajo debemos formular los mejores anhelos para dejar atrás, la Argentina del siempre lo mismo y del más de lo mismo, donde infortunadamente, siempre pierde, se perjudica, se empobrece y, hasta se funde, el anónimo, abnegado y heroico laburante; esa persona de bien, buena, noble y trabajadora, que lucha, se esfuerza, sacrifica, sufre injustamente, las crisis y ajustes económicos y, abona los impuestos y las cargas fiscales y tributarias.
Hoy, más que nunca, debemos reivindicar la figura y la presencia de aquel, que, con vigor, fuerza, tenacidad y ahínco, trabaja y brega, en forma cotidiana; contribuyendo de ese modo, humilde y silenciosamente, a construir y levantar la patria nuestra de cada día…
Hoy, más que nunca, debemos dejar atrás un modelo de país que nivela e iguala, permanentemente hacia abajo, a través de la ignorancia, el analfabetismo, la marginación social y la miseria; promoviendo después, las inversiones, la generación de mano de obra, puestos laborales y riqueza, el desarrollo económico, el crecimiento progresista y, el consiguiente bienestar de los argentinos…
Hoy, más que nunca, debemos dejar atrás, el círculo vicioso del siempre lo mismo y del más de lo mismo, y un fatal y nefasto modelo donde siempre ganan aquellos que conservan sus prebendas, privilegios, acomodos y beneficios, y carecen de la menor intención o propósito de cambia nada, no asumiendo jamás, responsabilidad alguna y estando siempre libres de toda culpa y cargo; pero pierde, siempre pierde el esforzado laburante, quien termina cargando sobre su espalda, las pesadas crisis, los ajustes, los recortes y las debacles económicas…
Hoy, más que nunca debemos desterrar el país donde pierde el laburante, y recuperar también, como requisito primordial, los principios y los valores morales, la justicia, la verdad, la justicia, la educación y la enseñanza, la honestidad y transparencia ética y, la sagrada y sublime cultura del trabajo…
Hoy, más que nunca, debemos recobrar el genuino y profundo espíritu del trabajo y, pensar en la cultura del trabajo, porque – más allá de los programas financieros y los planes gubernativos -, sólo habrá de salvar a la Argentina, la fuerza potente y realizadora del trabajo… Sin trabajo, no existen presente, porvenir, destino ni salida alguna – un camino que no nos conduce a ninguna parte -; con trabajo hay expectativas, motivaciones, fe, optimismo, sueños y esperanza…
Con el bocho que apenas me carbura, / y un mistongo chamuyo suplicante, / hoy pido no ser más – enorme aguante -, el país donde pierde el que labura… / El país de la fiaca y la amargura, / los balurdos, la bronca y el espiante, / donde bomba, la pasa el atorrante, / y se banca el chauchón, la mishiadura… / Hoy pido no ser más – parla gastada -, / la Argentina que engrupe a la gilada, / y al final, siempre pierden los de abajo… / Quiera Dios, que en un tiempo sin camelo, / todos juntos, del modo más fratelo, / bocinemos el canto del trabajo.
El país donde pierde el que labura, por el procurador Carlos Armando Costanzo, fundador y director – organizador del Archivo Literario Municipal y el Salón del Periodismo Chivilcoyano, y miembro correspondiente de la Academia de Folklore de la provincia de Buenos Aires y la Academia Porteña del Lunfardo.
Carlos, el capitalismo está diseñado para que solo ganen los capitalistas.