Una controversia ha surgido en redes sociales alrededor de la figura de Ricardo Báez, conocido popularmente como «el Indio», tras su desalojo de la terminal de ómnibus, un espacio que solía frecuentar en compañía de sus perros.
Esta medida fue impulsada tras una serie de quejas de los vecinos, quienes señalaron el deterioro del edificio y las precarias condiciones de mantenimiento, problemas que, según ellos, se veían agravados por la presencia de personas que utilizaban el lugar para dormir.
Ante esta situación, el gobierno municipal tomó cartas en el asunto, llevando a cabo reparaciones en las instalaciones y fortaleciendo las medidas de seguridad.
Sin embargo, más allá del tema principal, el desalojo dio pie a un nuevo foco de discusión: los perros callejeros. Muchos ciudadanos han denunciado incidentes, incluidos accidentes y mordeduras, atribuidos a estos animales. En concreto, el caso de los perros que acompañaban a Báez, al igual que otros en circunstancias similares, fueron trasladados al refugio canino de la Dirección de Control y Zoonosis Municipal y Animal (CAZMA).
Es importante subrayar que los espacios públicos, como una terminal de ómnibus, no están diseñados para servir como viviendas permanentes. Si bien es verdad que la falta de acceso a una vivienda digna juega un papel crucial en estas situaciones, también existen otras causas relevantes como la ausencia de redes familiares, problemas de salud mental y otras circunstancias difíciles.
En estos escenarios, resulta fundamental fomentar una perspectiva empática y humanitaria que priorice soluciones integrales. Esto implica atender las necesidades específicas de las personas afectadas, buscar mejorar su calidad de vida y reconocer que vivimos bajo un marco social regulado por normas y principios comunes. Dicho marco debe equilibrar los derechos y responsabilidades de todos los integrantes de la comunidad.
Aunque es plenamente válido y necesario exigir un trato digno para todas las personas y animales, es crucial entender que un espacio público con alto tránsito, como la terminal de ómnibus, no puede ser utilizado como vivienda permanente. Este lugar no sólo cuenta con una alta afluencia diaria, sino que también alberga la Escuela de Artes Visuales, lo que acentúa la relevancia de garantizar el mantenimiento del edificio y preservar tanto la seguridad como el bienestar colectivo.
A.V.
Foto: IG @gustavoarrivillaga
Si vive en el monte lo sacan. Si vive en la calle lo corren.
nadie escucho a al Papa Francisco y a León 14