En el marco del Día del Médico dialogamos con la profesional sobre su recorrido dentro de la Medicina, los proyectos en que los que se encuentra trabajando, los temas que más preocupan en la actualidad y la importancia de la vocación para dedicarse a esta profesión.

Cada 3 de diciembre se celebra el Día del Médico, por eso, en esta ocasión DECHIVILCOY conversó con Marcela Conde, una profesional que lleva más de tres décadas vinculada a la salud local. Su historia comenzó temprano. “Me recibí muy joven, a los 23 años, un 21 de diciembre. Desde entonces empezó un largo camino”, recuerda. Ese camino primero la llevó a la Medicina Interna, especialidad que consolidó en sus primeros años de práctica.
Con el tiempo, la Nutrición comenzó a ganar espacio en su interés profesional. “Me empecé a formar en la Sociedad Argentina de Nutrición, orientando la Nutrición a la Clínica. En esos años viajaba a Buenos Aires y venía a hacer guardias a Chivilcoy: primero en el Hospital y después en IMO”, cuenta.
Fue justamente en IMO donde descubrió otra faceta que marcaría su carrera: “Allí descubrí mi interés por la gestión y las estadísticas. El director médico de entonces, el Dr. Santilli, me impulsó a formarme y terminé haciendo un máster en la Fundación Favaloro”. A ese posgrado se sumaron otro máster y estudios en salud pública con el equipo del exministro de Salud, Aldo Neri.
Su enfoque sobre la obesidad también se profundizó con el tiempo. “Me formé en obesidad y trastornos de la conducta alimentaria, también en la Universidad Favaloro”, detalla. Más tarde cursó Diabetología en el Colegio de Médicos y sigue recertificando de manera periódica: “Recertifico cada cinco años; vuelvo a rendir examen, acumulo posgrados, cursos y congresos”.
Gestión y calidad en el Hospital Municipal
Hace 17 años que Conde trabaja en el Hospital Municipal. “Entré convocada para Auditoría Médica y hace más de siete años que soy directora asociada, además de seguir como auditora”, explica.
Tras la pandemia, decidió profundizar en calidad y seguridad del paciente. “Con la licenciada Girotti fuimos al Primer Congreso de Calidad y Seguridad Centrada en el Paciente, y ahí empezamos a vincularnos con el Ministerio de Salud”, cuenta.
Ese vínculo permitió que el Hospital recibiera su primera mención como “Hospital orientado en Calidad y Seguridad Centrada En El Paciente”, siendo el único municipal bonaerense reconocido entonces. “Hace poco recibimos una segunda mención y seguimos avanzando en este camino”, destaca.
Hoy, la agenda de trabajo es amplia. “Estamos trabajando en estructura, procedimientos, historia clínica digital, infectología, triage, telemedicina y en todo lo que el programa exige. Restan protocolos para llegar al máximo nivel, pero tengo planteado poder concretarlo, aunque cambie mi rol de gestión”, señala.
En este sentido, asevera que su idea es consolidar un área específica: “Mi proyecto es crear un área de coordinación con encuestas de satisfacción, registro de eventos adversos y códigos QR por servicio para consolidar el servicio».
Obesidad, hábitos y nuevas herramientas
En su consultorio, la preocupación por las enfermedades crónicas es cotidiana. “El sobrepeso, la obesidad y la diabetes son enfermedades muy prevalentes. De hecho, se está debatiendo una Ley de Obesidad para reconocerla como enfermedad y lograr mejor cobertura de tratamientos”, explica.
En este sentido, aclara: “Trabajo con cambios de estilo de vida: actividad física, alimentación y educación alimentaria» y enfatiza que «ya no se trata de prohibiciones extremas, sino de organizar las cuatro comidas, evitar saltear y usar colaciones sólo cuando corresponde”.
También insiste en diferenciar el hambre fisiológica del emocional. “Hambre es dolor de estómago, mareos, dolor de cabeza. Muchas veces comemos por aburrimiento o por emociones”, señala. Por eso, cuando lo considera necesario, acompaña el proceso con apoyo psicológico: “La comida regula emociones. El cerebro límbico funciona como una computadora”.
Por otro lado, nos informa que «en los últimos años también aparecieron nuevas opciones terapéuticas». “Hay una droga nueva, la semaglutida (Wegovy), que muchas obras sociales ya autorizan y que ayuda a bajar de peso y proteger la salud cardiovascular”, explica.
Redes sociales, dietas y tecnología
La influencia de internet y las tendencias rápidas de alimentación es un tema que observa con frecuencia. “Hay dietas que la gente toma de internet o que consulta con la inteligencia artificial, sin control profesional, lo cual es riesgoso”, advierte. Por ejemplo: “El ayuno intermitente, que es muy popular en la actualidad, sólo se indica en casos específicos, como hígado graso, y siempre bajo supervisión. No es para todos y no debe usarse en pacientes diabéticos”.
Cuerpo, presión estética y nuevos malestares
En el consultorio percibe que la presión estética se concentra más en personas adultas. “Los adultos de 30 a 50 y pico vienen con la idea del cuerpo perfecto, un ideal más de esa época, mientras que los jóvenes consultan más por deporte o por estilos de alimentación”, comenta y advierte que «de todas maneras, ese rollito que hoy no preocupa puede ser un factor de riesgo cardiovascular mañana”.
También identifica nuevas formas de trastornos respecto al cuerpo y la imagen corporal: “Además de anorexia y bulimia, hoy vemos vigorexia, que es la obsesión por el músculo, y ortorexia, que es la obsesión por comer perfecto, ambos son trastornos encubiertos que deben tratarse profesionalmente”.
Su labor en el Círculo Médico
Conde también participa activamente en el Círculo Médico, la cual es una institución que a nivel local tiene más de 60 años. En relación a esto destacó que «fui la primera presidenta mujer y hoy ocupo el cargo de tesorera, acompañando la Comisión que encabeza el presidente, Dr. Lucas Lamentti”. “Administramos los aportes de las obras sociales y organizamos actividades para los más de 200 médicos inscriptos”, resume.
Un mensaje para quienes eligen la medicina
La vocación, dice, estuvo siempre presente. “Quise ser médica desde los 5 años”, afirma, y aunque pensó en la cirugía, eligió otro camino. A la hora de definir esta profesión, asegura que «implica estudiar toda la vida»: «No hay horarios. Se pierden cumpleaños, reuniones familiares y fiestas”. Por eso, enfatiza que “si no hay vocación, se vuelve una carga».
«Hay que pensar bien antes de empezar un camino tan exigente», sostiene, antes de volver a su ocupada rutina habitual.








