Descolonizar para despatriarcalizar. Soberanía alimentaria, soberanía territorial y autonomía política.
El Museo Pompeo Boggio anoche se transformó en un espacio de denuncia mediante la exposición de la muestra El Costo Humano de los Agrotóxicos de Pablo Ernesto Piovano dando cuenta de cómo la herencia colonialista y patriarcal ha trascendido históricamente a través del neoliberalismo que desde 1996, cuando se le abrieron las puertas en forma irrestricta a Monsanto en nuestro país, hizo de nosotrxs un territorio de experimentación que atestigua hoy el trabajo de Pablo Piovano.
La metáfora de Loncho Falivene, chorreando didáctica de la mejor, con un corta frutas, un plato y una manzana mostró como el neoliberalismo es capaz de dividirnos y arrancarnos el corazón para promover, como diría Rita Segato «la pedagogía de la crueldad» que requiere para funcionar no sólo la ruptura de los lazos de solidaridad social sino la aniquilación de la empatía para que nos resulte indiferente el dolor de lxs otrxs y para que nos quedemos inmóviles ante nuestros propios miedos.
Por eso Pablo habla a través de sus fotos, y por eso este Bloque Feminista -en transversalidad con el Frente para la Victoria y el Frente Renovador junto a lxs concejales Claudia Bogliolo y Juan Curcio- se hizo presente para convocar a un Chivilcoy de pie contra el uso de agrotóxicos.
Pablo Piovano nació el 7 de septiembre de 1981 en Buenos Aires, Argentina.
Desde los 18 años de edad trabaja como fotógrafo de staff en el diario Página/12.
En sus primeros años se formó como fotógrafo en las clínicas de Adriana Lestido.
En el año 2005 y en el 2014 es becado por la Fundación García Márquez.
Durante 2001 documenta los hechos trágicos de la crisis social y política del país, y en el año 2002 publica junto a otros fotógrafos, y con textos de Tomas Eloy Martínez, el libro “Episodios Argentinos, Diciembre y después”.
Desde el 2004 y hasta el 2008 coordina un taller de fotografía para chicos y adolescentes en situación de riesgo de la Isla Maciel, el cual culmina con la publicación del libro “Ojos y voces de la Isla”.
En 2015 le otorgan el Premio Fundación Manuel Rivera Ortiz. Gana el primer lugar en la categoría profesional en el Festival internacional de la imagen (FINI) en Mexico. Recibe el primer premio en el 2° Concurso FotoRevista Internacional, el 2do lugar INTERNATIONAL PHOTOGRAPHY AWARD (category: Editorial,Environmental), el 3er puesto del POY Latam en la categoría “Carolina Hidalgo Vivar el medio ambiente” con el trabajo “El costo humano de los Agrotóxicos”.
Resulta finalista Burn magazine emerging photographer fund, en el premio Foto España “Ojo de Pez” Valores Humanos, en el NERA DI VERZASCA AWARD 2015 y en el EMERGING ARTIST SCHOLARSHIP.
En el 2016 recibe el premio especial del Jurado de “Days Japan International photojournalism awards”, el Sustainability Award en Hannover, Alemania, el premio al mejor corto documental de INCAA TV, Argentina y es invitado por “The Magnum Foundation” para participar en el premio de Fotógrafo Emergente.
Esta breve reseña biográfica de Piovano da cuenta de lo que nos pasa a quienes venimos denunciando las tanatopolíticas: adentro somos silenciadxs mientras que en el mundo somos escuchadxs.
Pero allí estábamos anoche junto a vecinxs de ciudades linderas como Chacabuco y Alberti que padecen el mismo infierno y junto a la ciudadanía que se organiza como el Grupo Ecos de Chivilcoy que ya hace años que está trabajando la problemática en nuestra comunidad, casi en la oscuridad y a puro pulmón.
Anoche el Pompeo Boggio dio luz en la oscuridad, desnudó la impunidad, sacudió la indolencia, tomó la posta de darnos voz a lxs que hemos sido calladxs desde que el extractivismo colonial nos signó el destino de enclave económico para siempre.
Anoche la consigna feminista «Descolonizar para despatriarcalizar» se hizo presente y mostró como su potencia humanizante y trasnversal es capaz de torcerle el rumbo a una historia escrita por los poderosos para dar de una vez por todas el protagonismo a lxs verdaderxs dueñxs de la tierra.